jueves, 30 de junio de 2011

24

Es complicado escribir con ansiedad. No estoy comiendo bien, no estoy durmiendo nada y no sé qué depara el futuro. No puedo contar por qué. Además, me duelen los nudillos pero eso es otro tema y no viene al caso.

No hay nada seguro en la vida. No hay nada como sentirte invadido y no hay nada como darte cuenta de cuánto poder tiene alguien para venir y, de un soplido, desbaratarte el suelo que pisas todos los días. No es una sensación grata.

No fue por yo haberme confiado. No. No fue que yo lo hiciera mal, tampoco que me equivocara, no fue que no intentara, no fue que me durmiera en los laureles. Solamente fue y ya. Las opiniones no cuentan, no importan, no saben ni responden. Bueno, sí cuentan pero la decisión no la tomo yo. La pérdida de control y de estabilidad es lo que duele. Es lo que molesta y causa incomodidad. Causa hasta un poquito de tristeza y melancolía.

El hombre es un animal de costumbres, de hábitos. Y la costumbre es fuerte. La costumbre es más fuerte y más poderosa que el cambio. Lo desconocido nunca me había dado miedo. Esta vez tampoco me da. Sé quién soy y lo que soy capaz de hacer. Pero, la situación es menos que ideal. No es grave, ni irremediable, tampoco es insostenible, ni irreparable. Pero no es la ideal.

La lección más grande: nunca des nada por sentado. De esta lección se derivan otras. Son como ramas. Casualmente son ramas y no raíces, mira tú las cosas de la vida. Una de las lecciones es que siempre hay que trabajar igual de duro. Al principio para conseguirlo, después para mantenerlo. La otra es que a veces no importa si trabajas duro, muchas cosas no dependerán nunca de ti and you´ll just have to take it as it comes and make circumstances work in your favor. 

Otra más es que no hay por qué resignarse nunca. Otra, es que nunca está justificado llevarte a alguien por delante para obtener lo que quieres. Nunca. Taima. En mayúsculas porque es demasiado importante: NUNCA. No importa cuánto quieras nada, siempre hay que actuar como una persona de bien. Mi ética y mis valores no son negociables. Por nada. Por nadie. Ni siquiera por mí. 

Eso me hace enorgullecerme de la mujer en la que me convertí, a pesar de todos los otros defectos que tengo, la hija de putada sólo porque sí, la deslealtad porque me conviene, la maldad como consecuencia del miedo, serán cosas que nunca seré capaz de hacer. O de ser. 

miércoles, 29 de junio de 2011

No sólo de LOPPD vive el hombre

Invitación Fiesta Atlantique miercoles 7 de Julio from Daniel Leira on Vimeo.


Para ir a esta fiesta, comuníquense con @stalkgerard... Ay, chica me siento de un importante.

martes, 28 de junio de 2011

23 Nobody will ever love doing this as much as I do


Queridos directores de casting, directores, cortometrajistas, productores y afines:

Mi nombre es Andreína Rancel.

Lo primero que tienen que saber es que mido 1.56 mts, soy morenita y tengo el pelo rulo. Unos días más rulo que otros, pero si lo necesitan planchado también se queda liso. Tengo 25 años pero mi age range es desde los 17 hasta los 27 (medio halado por los pelos, pero es un aproximado).  Soy semi flaca, pero no me importaría engordar burda si así lo necesitaran.

También creo que es importante decirles que he estudiado en el Actor´s Workshop con Flo Salant Greenberg en Nueva York. En Caracas, he estudiado con Elia K. Schneider, Iraida Tapias, en el Gimnasio de Actores, en el Grupo Actoral 80 y con Antonio Cuevas.

Les escribo para que sepan que existo. Mi problema es que después de la primera vez que estudié en NYC, hace 13 años, llegué aquí y no conseguí a nadie que tuviera algo que enseñarme. Fue arrogante e inmaduro de mi parte, sí. Pero tienen que saber que yo no sabía que existían profesores capaces aquí. Las novelas venezolanas, a lo único que tuve acceso, no hablaban muy bien del talento venezolano ni del profesor que los enseñaba. Era mi único referente.

Me considero una tipa razonablemente talentosa. Sí, yo sé. Hay muchas tipas razonablemente talentosas en este país que tienen menos dignidad que yo y por eso es más fácil contratarlas a ellas. Lo que quiero es que escuchen un momento mis argumentos. Hace dos años tomé la decisión de que me dejara de importar. Calma, ya voy a explicarles. Me las eché al hombro. “Qué carajo importa estar buena, yo tengo talento que jode” fueron mis palabras. No se preocupen, lección aprendida. Ya entendí que me debo cuidar. Lo entendí hace un mes cuando empecé a preparar un personaje de la que me enamoré profundamente. Su nombre es Alex y me encanta la vida que agarró. O que le dí. Como quieran verlo, es casi igual, lo que pasa es que uno suena más modesto que el otro.

Siempre fui una chama atlética, pro deporte. Crecí y me dio ladilla, eso puede pasarle a cualquiera. Ya me enamoré de nuevo de mi humor después de segregar endorfinas gracias a saltar cuerda o caminar y hacer abdominales.

Entendí que cuidarse, no ponerse buenota, es parte fundamental de este trabajo. Cuidaré mi cuerpo con tanto esmero como cuido, profundizo, aprendo, practico y me desvivo mi arte. Eso es a lo que le llaman balance. Otra cosa para la que nunca había sido buena.

Hoy entendí que para que ustedes me tomen en cuenta debo adaptarme. No me voy a poner tetas, ni me voy a pintar el pelo de amarillo, ni voy a gastar millones de bolívares en masajes que probablemente no me quiten la celulitis, ni voy a salir maquillada todos los días de mi casa y mucho menos me empataré con un reggaetonero que quizás ustedes conozcan. Esas cosas no son negociables. Voy a comer mejor y echarme menos. Hasta ahí llego.

No hacer esas cosas require compromise también. Prefiero gastarme los 200 Bs del tinte en libros de teatro. Prefiero pasar 6 horas hacienda ejercicios de voz. Prefiero guardar el maquillaje hasta el día del casting. Prefiero huirle al reggaetón, a menos que esté rascada.

Quiero que sepan que si alguno de ustedes me da la oportunidad, podrán estar tranquilos. Nadie llegará más temprano que yo. Nadie trabajará más que yo. Nadie cargará cables tan bien como yo, nadie dejará el alma en ninguna parte como yo dejo la mía. Para mí, lo más difícil de este oficio que yo escogí, es hacer que el alma me vuelva al cuerpo. Pero lo hago porque me encanta dejarla. Nadie es tan apasionada, nadie lo quiere  tanto y tan fuerte.  Nadie es tan pana con directores, actores y técnicos como yo. Nadie es tan jodedora cuando el ambiente está tenso. Nadie respetará y amará los silencios como yo he aprendido por las malas a amarlos. Nadie tiene más ganas de trabajar incansablemente hasta sentir que se muere del agotamiento como yo podría hacerlo. Nadie es así de energético y dispuesto como yo, sea la hora que sea. Nadie es tan generosa. Yo he dejado de fumarme cigarros que mis pulmones necesitan por acompañar a mis compañeros y ayudarlos con la escena aunque se estén haciendo solamente sus tiros de cámara. Nadie querrá aprender de ustedes tanto como yo. Nadie observará y obedecerá las instrucciones, si son acertadas, como yo. Nadie ensayará tan duro por tantas horas. Nadie le agarrará cariño a sus compañeros de trabajo como yo lo hago. Nadie dice “compañerito” tan—fuck—cuchi como yo lo digo. Nadie lo respira, ni lo siente, ni lo lleva el corazón como yo cargo lo que hago todos los días. Nadie seguirá consultando a Stanislavski, Stella, Meisner y Uta en el set de ser necesario, como yo lo haría. Nadie sacrificará tantas noches ni tantas mañanas con el gusto que yo lo hago. Nadie es tan apasionada como yo. Nadie.  

Lo último que tienen que saber es que su opinión de mí quizás me afectará y se interpondrá en mi camino, pero no me definirá nunca. Yo soy quien soy, a pesar de lo que ustedes digan. Yo seguiré haciendo lo que amo hacer, con o sin ustedes. Yo conseguiré mi camino hacia lograr vivir de esto. Con su ayuda o sin ella. Por su culpa o gracias a mí. Da igual.

Avísenme para mandarles las fotos. Estamos en contacto. 


(Este post es el correspondiente al miércoles 29, pero no me pude aguantar hasta las 12). 

22 Confesión # 64


Trabajo demasiado bien bajo presión. Me llamó un amigo hace un rato porque está hacienda casting para unas locuciones. Aprendí a editar sonido y recordé de memoria una de las cuñas que estoy haciendo ahorita en Nos Vemos a la Salida.

No sé de dónde salió eso pero en menos de media hora, como me lo pidió, ya lo tenía en su email. Sigo sin poder creer que me acordé de toda la cuña. En los trabajos de la universidad que empezaba de un día para otro, sacaba 16/17. En los que empezaba semanas antes (esos pocos, pocos, poooocos) sacaba 14.

Me gusta sorprenderme así, me hace sentir bien. Me hace sentir inteligente. Porque soy bien pajúa.

No se me ha pasado mi crush quinceañero. Me hace sentir joven de nuevo y es divino. A ver, no soy vieja, pero tampoco soy tan joven como creo que soy.

Este año me propuse una meta importante. No lo voy a decir porque no quiero que se empave y porque si no lo logro, no quiero decepcionarme.

Los lectores de este blog no saben cuánto significan para mí. Nunca lo sabrán porque las pocas veces que escribo para y por ustedes siento que estoy regalándoles un poquito de mi espacio. Sí. Yo les regalo algo de mí todos los días, en cada palabra. Pero una cosa es sentir que haces un regalo y otra es recibir un regalo por casualidad. Es complicado, pero yo me entiendo.

            Debo reconocer que en momentos como hoy es muy liberador tener una sección de confesiones. Los días que no puedo escribir de nada son buenos días para confesarse.  

           A mí me encanta que les encante. Aunque esa no sea la motivación para escribir.  

           Tengo tres semanas con el rosario encima para arriba y para abajo. Me hace sentir segura y lo rezo siempre en las colas y los misterios que me faltan justo antes de dormir. 

            Hoy me reventé los nudillos en el krav maga. Me duele y arde burda porque hay unos en carne viva pero se siente genial. Quiero ser una hija entre GI Jane y Tomb Raider, por lo que protagonizaré una película de acción finísima. De aquí a allá conseguirán suficiente goma espuma para rellenarme el sostén, ya verán como hacen. 

            Me estaba leyendo un libro que no me gustó para nada. Me ha parecido lento y tedioso. No quiero dejarlo por la mitad, pero es que es muy malo. No. Mentira. Es aburrido.

lunes, 27 de junio de 2011

21 5 things I suck at


  • Matando bichos: si es una hormiguita, grillito, coquito o algo así, me da lástima y me parece realmente innecesario. Nótese el uso de diminutivos para provocar ternura en el lector. Si es una cucaracha, lanzo gente para que se los coman primero a ellos. Esto se lo pueden preguntar a Mariana Marval. Si es una mariposa de las marrones gigantes tamaño águila, despierto a mis hermanos para que la saquen del cuarto. Porque esas sí son very sneaky daughters of bitches. Nunca te enteras si entraron al cuarto hasta que las ves afilando los dientes para comerte en la esquina. Digo, si la naturaleza es tan sabia ¿no pudo prever que los humanos íbamos a construir apartamentos y aunque sea hacerlas blancas para que asustaran menos y se camuflaran con la pared?
  • Let go: no creo ser la única persona en el mundo pero de verdad como me cuesta olvidar a quienes me hicieron daño. Es un masoquismo insoportable.
  • Vistiéndome bien: lo primero que pasa es que me da ladilla crónica perder tiempo que pudiera usar durmiendo en seleccionar un outfit de pinga. Lo segundo, es que tengo cero estilo y menos ganas de desarrollarlo. Con el tiempo he aprendido que el marrón y el negro no combinan, que las rayas y los puntos nunca van juntos y que si los zarcillos son dorados lo demás no puede ser plateado. Pero that´s as far as I´ll go. Además, si estoy todo el día vestida equis con un blue jean y una camisita cualquiera logro más impacto cuando me arreglo para ir a matrimonios. Es como un efecto Waaaao y me gusta verle la cara a la gente. 
  • Siendo tolerante: hay gente que me provoca matar. No suavizo ninguna de las emociones que esas personas causan en mí, no las escondo bien, no las disimulo. Quizás no le diga exactamente qué es lo que me molesta (su existencia) pero no trato de ser cordial ni diplomática. Diplomática en comité, siempre. En la vida real mis nalgas. 
  • Acordándome de las letras de las canciones: soy una desgracia. Nadie canta más jeysolcito que yo en el carro. Lo que pasa es que no es en inglés machucado, no. Es cambiando las palabras de la canción por otras que para mí tienen todo el sentido del mundo. Ejemplos concretos hay varios, pero por ejemplo, si dice “tu amor” yo sustituyo por “tu color”. ¿Por qué? Porque rima y porque puedo. En un día normal, no me molesta. Es un handicap y ya. Los problemas vienen cuando mis amigos músicos organizan jammings y yo quiero cantar o cuando borrachos nos abrazamos todos y le gritamos a la bikini que no conoce el rumor. Cualquier vaina.

domingo, 26 de junio de 2011

20 Confesión # 63

Este reto se me ha hecho más corto que el anterior. No sé si es porque empecé con más fuerza, pero lo he sentido así. Creo que es porque sé que puedo hacerlo y no me siento tan presionada. 

Estoy muy satisfecha con ciertas partes de mi trabajo en el corto de los últimos fines de semana.

Fue un rodaje mucho más exigente de lo que creí, porque tuve que estar pendiente de las acciones físicas y psicológicas del personaje, de las transiciones, de la curva emocional y los cambios por los que pasa la jeva en segundos, de los objetivos, de los mosquitos y del pantalón que se me estuvo cayendo todo el fin de semana.

Estoy burda de más flaca. Alex me enfiebró con el ejercicio y el krav maga.

Me duele todo y sigo sin poder quitarme la sonrisa de la boca.

He reducido con todo el esfuerzo del mundo mi ingesta diaria de Nestea a un solo vaso de Cinnabon al día y me he obligado a tomar más agua.

Sigo comiendo malísimo, en cantidades industriales y lo que de verdad me provoque… es genial!

Estoy desesperada por besar. Te. Sí, está escrito así para que lo leas con las pausas de la vida real que confunden y emocionan al mismo tiempo.

Me sorprendió lo proactiva que soy en un set de grabación.

Me sorprendió how bad I want this. How much I love this. How bad I´d like to do this for the rest of my life.

Me sorprendió que las cosas que pensé que iban a ser demasiado jodidas no me costaron tanto.

Nunca me perdonaré por haber dudado de mí y haber contemplado dejar de intentar. Fue un milisegundo, hace ya meses, pero igual, no me lo perdonaré nunca.

Lo primero que hice cuando llegué hoy no fue prender la regadera. Fue prender la computadora.

Acabo de ofrecerle invitarle el almuerzo a mi hermanito (estoy medio pelando, ya es fin del mes) para no tener que salir yo a comprarme comida.

Me indigna que la gente me ofrezca cuadrarme a alguien. Pero principalmente me cuesta entender por qué y eso me hace preguntarme si tengo cara de desesperada.

Siempre me respondo que no. Estoy casi segura de que no.

Yo sé que llegué insoportable y monotemática. Sí.

I am enjoying this month a lot. Junio ha sido muy bueno conmigo. 

19

Para ser lector no necesitas leer 8 horas al día. Nunca he entendido porque algunos creen que tiene que ser así.

Para ser lector sólo necesitas hacer tiempo para leer 5 minutos o 2 páginas. Es conseguir la motivación de apagar la tele, cerrar el Facebook y conseguir un sofa que te guste en tu casa.

 Mi rutina siempre es igual. Acaricio el lomo, abro el libro y lo huelo primero. Después busco la página en la que quedé. Esta parte es la más difícil de todo el ritual. Nunca me acuerdo de usar marcalibros, aunque tengo seis o siete por ahí en alguna esquina de alguna gaveta, y no doblo las esquinas de las páginas para marcar porque me parece que maltrata al libro. Una nunca sabe si ese libro se convertirá en su siguiente Rayuela o su siguiente Conde de Montecristo. Hay que dejarlos en perfectas condiciones.

Me atrevería a decir que es preferible no leer a resaltar un libro. Pero esa soy yo, que soy una loca extremista. Si algo es demasiado importante o tengo alguna duda uso un Mongol # 2. Vendrán y se irán generaciones y el mejor lápiz siempre sera Mongol # 2. Tan nuestro como Dayana o una galleta María.

A mí me gusta comulgar con los autores. Me gusta lo que ellos me dan y lo que yo le aporto. Me gusta buscar significados escondidos en cada palabra y cada coma, me gusta entonar cada oración y cada punto como se me antoja. Me gusta esa libertad que ellos me dan y me gustan esas licencias que me permito. Me gusta imaginarme las voces y decidir cuál fue exactamente la mirada que puso el personaje. Me gusta ver el cuarto en mi cabeza y agregarle ropa desordenada si el personaje da para eso. Me gusta ponerles rayones a los pisos de madera o pulir los listones de las esquinas. Me gusta cambiarles el pelo más oscuro o más claro, pero eso no se lo había contado a nadie hasta ahora.

No me gusta cuando los libros se acaban, cuando el muchacho o muchacha no logra lo que quiere y cuando no hay cambios definitivos en el status quo de los personajes. No me gusta cuando pierden, amo cuando ganan. Lloro cuando los malos se salen, temporalmente, con la suya. Lloro cuando es Cortázar, lloro cuando es Potter… casi lloro con un libro de sociología una vez. Ja. Just kidding.

¡No me soporto! Estoy demasiado enfiebrada y sensible con lo de la chica que lee… 

viernes, 24 de junio de 2011

18 ¿Es inevitable?


Yo sé que no. Pero ¿por qué me pasa? Yo veo que los demás logran ser amigos después de terminar. Esta vez pensé que iba a lograrlo. Pero como que no.

¿El príncipe metafórico que te rescata de ti misma siempre tiene que terminar convertido en un ass hole al que le quemarías la casa si pudieras? ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser así? Nevermind, estoy exagerando. Yo sé que no es un mal tipo y no quiero quemarle la casa, pero a veces sencillamente me da arrechera y escribo sin pensar.

Quiero que conste que en este caso, él empezó primero. No sé si las reglas cambian con el tiempo, pero cuando era chiquita—de edad—el más castigado era el que empezara primero. Yo sé. Yo sé que es que está hablando desde el dolor y la arrechera y su machismo –que fue lo que broke us to begin with–pero igual me parece una hdputada.

¿Sabes qué? I´m gonna get better at what I don´t do well. I´m gonna let go. I promised I wasn´t gonna hate him. Y basta de romper auto-promesas. No me voy a quedar mal pegada ni voy a releer mil veces lo que me mandó, no lo voy a leer hasta odiarlo ni para odiarlo. Incluso lo voy a perdonar por decir que I won´t make it. Sí, tuvo las bolas de decir que I wouldn´t make it actuando. Well honey, one more person to prove wrong. There´s a long line I would advise him to bring a chair.

Quizás me lo merezco por pendeja. Por andar de hippie deseándole lo mejor. Por escribirle una carta que pensé que era un buen gesto y solamente sirvió para que él se hiciera creer que está bien tratar de herirme. Well, heeeell no.

Sigo sin entender por qué a juro hay que terminar mal. Sigo sin entender por qué esta vez estuve a punto de lograrlo. Bueno, no. Sí lo logré. Por unas semanas nuestra relación fue muy cordial. Que se haya ido a la mierda ahorita es otra cosa. Pero que conste que traté. And I was reaaaaally close.

And really, no hay príncipe ni plebeyo ni amor platónico ni pantalón alguno que justifique desviar la mirada del sueño o del objetivo. Ni siquiera él. 

jueves, 23 de junio de 2011

18 The Claim Percentage

I haven´t had that many break-ups to begin with, but I just came to realize one of the lessons I learned. Or, at least a lesson my subconscious learned, in any case. Because, like I said, it´s something that I just understood. It was a very Eureka moment except for the fact that I was couch potato-ing the afternoon away and not working towards a moment of revelation as a consequence of time and thoughtful analysis.

After my previous break-up, I did my time in Denial Island. What shook me out of there and chased me away like tear gas was the... hhhm... was when the Claim Percentage was compromised.

After a relationship, most of us walk around with the certainty that that person is ours. Ours to oversee, ours to cry for, ours to bitch about, ours to call drunk at 3:00 AM, ours to forgive, ours to forget, ours to judge, ours to secretly miss at night, ours to pity, ours to make miserable, ours to complain about, ours to even complain to, ours to blame for everything, ours to despise, ours to feel superior to, ours to confuse, ours to… you get the point, don´t you?

The Claim Percentage is a very intangible part of the end of a relationship,  up until the moment when it´s shaken under your feet. That is, until you have none. No claim whatsoever over that person´s life and/or decisions. Until you can´t feel or think of that person as yours, because they truly stopped being yours… you just hadn´t realized it yet. When that happens, it´s just time to face the music: He/she never was yours to begin with. Seriously,  they never were. Let´s be honest: one thing is feeling they are yours and being comfortable with that lie and another thing is finally coming to terms with the fact that they never were, AKA: facing the truth.

The Claim Percentage is that feeling of ownership and that false sense of possession and tenure to that others person´s life. That is probably what has happened to me my whole life. I stop caring until that person finds someone else to boss him around. I dislike the guy until someone else likes him.

Is it common or am I alone in this? Am I just really spoiled beyond reason? THAT is the question..

Whatever the facts are, they aren´t relevant right now. The simple yet painful truth is, you and I have none. The Claim Percentage equals 0, and that doesn´t happen days after a breakup. It happens the moment the guy or girl walks out a door. 

miércoles, 22 de junio de 2011

17 I wasn´t gonna post this, but I decided I would

“Yo soy la libertad porque el amor así lo quiso”.

Mariana Pineda.

Estas son todas las verdades dolorosas que no quería enfrentar. Están muy desordenadas, but bare with me.

“Somethings are best left unsaid” no es un dicho con el que me identifique. Yo abrí un blog porque tenía cosas que decir y por el ultimo año, no pude decirlas. No quiero ser como Rachel en la casa de la playa y escribirte una carta de 26 páginas pero de verdad hay mucho por decir. Por favor, vuelve a tenerme paciencia por última vez.

Yo aprendí la diferencia entre compromise to make a relationship work y anulación parcial de la esencia propia para el mismo fin. La decisión de no estar contigo me pesa hoy más que nunca. Me parece una de las cosas más tristes del mundo esto. Dos personas que se aman y que no consiguieron la manera de estar juntos. Tengo tantos reproches como tuve felicidades durante el año que estuvimos juntos. Y eso es lo que me permite prometerte ahorita, que nunca te voy a odiar. Nunca te voy a odiar. Pero sí puedo culparte de algunas cosas (cosa que no significa que me libere de otras tantas).

Yo sé qué fue lo que desencadenó tu reacción de hoy. Yo sé que fue el post de Ezequiel Campa. Y eso me dirige de nuevo al core del asunto. Me pesa en el alma que n un año, no pude enseñarte a mandar menos a quien no quiere obedecer. A quien no tiene por qué obedecer. No entiendo por qué no te dejaste confiar en mí. No entiendo cómo poco a poco fui perdiéndote y cómo cada vez más creías las cosas más horribles de mí. Yo lo único que hice fue amarte. Lo único que quise fue ser tuya. Y tú no podías separar tu cabeza coño de madre y tus demonios, ni tus inseguridades, ni tus celos, ni tus deseos de ser macho alpha de mis acciones. De mis muy contundentes acciones. No quisiste ver la diferencia. Aprende de esto. No repitas el error con la próxima mujer que te cruces.

Me da demasiada arrechera que por escribir ese post te hayas puesto así. Pero a la vez, veo para atrás en mi blog y me doy cuenta de que ésa no soy yo. No soy yo y no quiero renunciar a mí. Óyelo bien: ESA NO SOY YO. La mujer de la que te enamoraste es ésta que escribe ahorita. Nosotros nos acabamos porque dejé de ser yo. Poco a poco me fui convirtiendo en la mujer que tú querías que fuera y no somos la misma persona. Ni yo me perdonaré eso. No es lo mismo compromising y hacer sacrificios por amor que anularse por completo. Gracias a Dios me di cuenta cuando no era muy tarde para hacer algo al respecto. Por favor, entiende que esas dos mujeres son distintas.

Si un post es lo que valía nuestro amor para ti, entonces significa que nuestro amor no valía mucho. And that sucks.

La razón por la que terminamos es porque cosas como la reacción de hoy iban a pasar siempre. Y no es la vida que quiero. La vida que nos prometimos en Choroní es diferente a ésta y tú lo sabes. Me duelen esas promesas que quedaron rotas en el camino. Sí. Pero me dolería más saber que fui infiel a lo que toda la vida he creído con tanta convicción. Una tiene que ser feliz independientemente de la relación que esté. Nadie que no seas tú mismo puede definir la persona que vas a ser.

Yo limitándome, editándome y filtrándome no era feliz. No fui feliz por los últimos 6 meses. Pero estaba tan determinada a recuperarnos y a salvarte que todo eso pasó a tener menos importancia.


Yo tuve que escoger entre ser yo y tenerte a ti. Es una decisión que, no me cansaré de decirlo, me pesa hoy más que nunca. Me pesa ser adulto y me pesa saber que aunque me duela como me duele, es la mejor decision para mí. Tomaría la misma decisión mil veces más.

Solía rezar porque nuestros caminos se encontraran de nuevo. Ahora rezaré porque encuentres el tuyo. Porque logres antes de los 37 lo que no has logrado a los 36.

Tengo mucho más miedo hoy de lo que he tenido en toda mi vida. La verdad es que no quiero dejar de ser parte fundamental de tu memoria, para pasar a ser la prioridad en la lista de tus olvidos. No quiero. Pero entiendo que tiene que ser así y estoy segura de que sabré lidiar con eso.

Yo me retiro de esta relación inmensamente agradecida. Aprendí un mundo de ti y soy una mejor persona gracias a tu osadía de mandarme ese libro a la radio.

Espero que me perdones algún día por no haberte podido salvar. Mi conciencia está tranquila, porque hice literalmente todo lo que pude. No fue suficiente, lo sé. Por eso es que pido perdón. También quiero que me perdones por no poder darte más de lo que te di. Tú pedías y pedías y pedías y yo me quedé seca dándotelo todo. Eso tampoco fue suficiente. Lo di todo. Todo. Por favor nunca lo dudes.

I wish you the very best on your journey. Enjoy Ithaca. Nunca creas lo que los demás dicen de ti. Yo te amaba a pesar de eso, porque tú me demostraste ser lo contrario. Eres el mejor hombre que he tenido la suerte de conocer. Eres el mejor padre alive. Eres trabajador, dulce, entregado y cariñoso y creo en el amor de nuevo por ti.

Debo confesar que todavía no eres parte de mi pasado. Pero como así lo decidiste, aprenderé a conjugarte en pretérito.

Es tristísimo. Pero es así, es lo que nos tocó. Es normal. Estar un año en una relación y pasar 6 meses rescatándola, no lo es. Como lo lamento. Es tristísimo how people fall out of love or grow apart despite loving each other like we did. But, I have owned property at Rock Bottom Ville and my lease expired years ago. It´s a place I ran away from, when you were trying to pull me down there. And I refuse to go there again. For you or after you. This will not haunt me, this will not break me, this will not be like the last time.

Confía en ti como yo confío. Confía en ti como nunca confiaste en mí. Confía en que al final, todo va a estar bien, y si no, no es el final.

Nunca nadie te amará como yo te amé, nunca lo dudes. Por favor, cuídate mucho y haz todo lo que te sabes capaz de hacer.

martes, 21 de junio de 2011

16. Esto no es un crush quinceañero porque tengo 25 y porque no tiene nada que ver con amor


Quiero hacer lo que la gente hace para tener bebés con Ezequiel Campa. Pero sin bebés incluidos. Soy demasiado egoísta para ser madre y no quiero atar mi vida a una vaina que llorará hasta el día que me entierre.

Mi pregunta entonces es, ¿con quién tiene que acostarse una para acostarse con Ezquiel Campa? O mejor dicho, con el cerebro de Ezequiel Campa. Obviamente, el hombre está chévere. Pero no es eso. No es, lo juro. Es su humor hijo de puta y su amistad con la única caraja que está más loca que yo y que tuvo la idea de hacer en video lo que yo hacía en este blog. Nunca superaré que se le haya ocurrido a ella antes, lo siento.

Bueno, reservemos estas ganas de ser promiscua para él. Entonces no nos acostemos, hagamos todo como se debe. Compremos un pasaje en Lan-Chile, que creo que es una de las aerolíneas que salen de aquí vía Buenos Aires. Después habrá que comprar la entrada al monólogo que tiene con Male Pichot, no habrá necesidad de acostarse ahí tampoco. Evidentemente no voy a tener que pagar hotel, me quedo en casa de @laperfecta. Cosa que, de antemano, le agradezco. Después habrá que bajarse de la mula comprando vino y vino y vino, por aquello de la valentía líquida que necesita una mujer cuando va a regalársele a un hombre cuyo ingenio fue suficiente para seducirla. Así no los hacen en Venezuela. Ah, no, mentira. En Argentina el vino es re-barato.

Aparte de haber participado en la versión masculina de Mentes peligrosas, Macho que se respeta, Ezequiel tiene una súper carrera actoral en Argentina. Digo “aparte” porque esos segmentos no le hacen justicia. El guionista que escribió Mentes Peligrosas evidentemente era hombre y la actriz seguro era graduada de colegio de monjas que no le pudo aportar mucho… bueno, eso no es excusa. Yo soy de colegio de monjas y mi mente es mil veces más peligrosa que esa.  Cuando escribió Macho que se respeta, ya se le habían acabado las em, em, ¿ideas?

Yo necesito que Ezequiel Campa me dé, mínimo, unos besos. Que me pegue contra la pared y me deje clavarle las uñas en la espalda. Esto suena a canción de la Shakira que no me gusta, pero es así. Que me agarre el pelo y me lo hale. Que me diga “vámonos de aquí shá” y que no lleguemos al cuarto, necesito yo. Que me pegue contra la pared y me pase la mano por la espalda. Eso sí, que me hable. Me tiene que hablar. Decir: “¿tú, shó, un cuarto shá. ¿Querés? ¿Venís?” Hay momentos en los que calladitos nos vemos más bonitos, pero cuando alguien tiene ese acento es una desgracia desperdiciarlo. It really works for me. Antes de que me termine de preguntar, le brinco encima. Quiero que me meta mano. No necesito que me saque a pasear, más bien necesito que me encierre. Necesito que me diga que la falda que estoy usando se ve más linda en el piso. Necesito que me muerda y no se decepcione de que no tengo tetas. No hay problema porque yo no ando por la vida con push-ups ni relleno, precisamente para no decepcionar a la hora del té.

No es que yo quiera acostarme con cualquiera, no. Es que yo quiero meterme en la cama de Ezequiel Campa. 

lunes, 20 de junio de 2011

15

My inability to let go extends to everything in my life. The music I listen to is a very good example of this. I´ve been listening to Adele and Servando and Florentino all day. Once it sticks, it sticks forever. I love the rhymes. The beats. The voices. I love the fact that Adele moves me and touches me and takes me wherever she is emotionally in the song. I love the fact that Servando and Florentino take me to long gone happier times.  

My inability to let go is  an inexorable part of who I am. I carry it with me wherever I go, just like the chicken pox scar in my forehead. It´s there. Hard to notice, but visible if you look at my face closely. As a matter of fact, I´d go to the lengths of saying that it doesn´t make me look worse, but better. They both do, now that I know how to make them work for me.

My inability to let go as quickly as other people do is like the fact I like to read. You won´t be able to tell as soon as I open my mouth, but you will do so five minutes into a conversation. I will drop literary hints here and there to see if people pick them up. Or I will quote something straight from any book. Or you´ll see me reading in traffic or pulling a book out of my purse in very random moments.

My inability to let go is something I have learned to deal with, just like I was self-taught to learn how to walk around life in 1.56 mts. And wear really high heels to compensate. Just like the moment I finally learned to love the body I have instead of envying taller women. When I finished high school I discovered it´s not polite to mislead people and started wearing tennis shoes everywhere during daytime.

My inability to let go is one of the main reasons I still want to be an actress and why I am working harder that ever to see it through, because it disguises itself as stubbornness sometimes.

The truth is that I´ve actually come to enjoy my inability to let go.  I can recall every important moment of pretty much every real or semi relationship and every friendship I have ever had. And while some of those moments might be painful, the others are there, carved in my memory to get me through. Time and experience have taught me how to use my inability in my favor.

The fact that I have this condition, this inability to let go doesn´t mean I am stuck in my past. Quite the opposite: It´s how I learned that the past is the force that pushes and moves me forward, while the future stops and holds me like an invisible wall so I can only be trapped and suspended in my present. 

Breve paréntesis en LOPPD

Ante la imposibilidad de escribir algo remotamente parecido a esto comparto con ustedes algo que llegó a mí gracias a Laura y que me movió hasta la última fibra.



"Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela. 

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta. 


Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe. 


Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.
 

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato. 


Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida. 


Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio."

- Charles Warnke

14. Confesión # 62

Esa noche, justo antes de entrar al cuarto donde me enteré de que mis papás se divorciaban, me deslicé por el piso de madera con las medias. Hasta el sol de hoy, cuando estoy triste me deslizo con medias por el piso para ponerme de buen humor. Esa fue la última vez que me sentí feliz durante mi adolescencia.

Estoy pensando seriamente ir a Quién Quiere Ser Millonario. No sé si llegaré al final, pero mejor que todos estos tipos seguro me va.

Mi memoria episódica es muy buena. Me acuerdo de la ropa, del clima, de las palabras, de los olores, de los contextos y de casi todos los detalles de todos los momentos importantes de mi vida. Es la más peligrosa y muy útil para actuar.

Los problemas empiezan cuando hay que aprenderse las líneas.

Dejen de preguntarme si estoy bien. Estoy tranquila y eso está bien.

Mi palabra favorita de esta semana es interlude.

No me tripeo esta Caracas bipolar. Los cambios drásticos de clima tienen efectos drásticos en mi humor and I am all over the place.

Ezequiel Campa es mi nuevo Iker Casillas. Quinceañera style quiero anotar su nombre en mi Pascualina, beso sus afiches e imaginarme que me regala unos zapatos.

Pocas cosas se me incrustan más que la moda de los vampiros.

He llorado en todos los teasers y el trailer de Deathly Hallows parte 2. Not actual tears, pero ojos aguados eeeevery time.

Cuando era chiquita traté de convencer a mi papá y mi mamá de que era demasiado factible que un caballo cupiera en el apartamento que teníamos antes. Era demasiado lógico para mí que se podría subir por las escaleras y dormir conmigo en el cuarto en el espacio entre la cama y el mueblecito de los libros.

Si yo no hubiera leído los Cinco Secretos y los Siete Secretos no sería la lectora que soy ahorita.

Ya no me duelen las promesas que quedaron rotas a mitad de camino.

Yo nunca me había sentido así. Nunca había estado tan enamorada. And trust me, in the long run it makes no difference at all. Amarlos más o menos yields pretty much the same results.

Si compites te van a dejar. Si no compites, no te quieres. 


En el montaje nuevo de Lorca, yo quería ser la Zapatera Prodigiosa. Hasta que vi que la bailaora que me revienta los ovarios, me parece una loca marginal, que es conflictiva y arrogante quería ser Yerma. Audicioné para Yerma, a quien odio con locura, pero se lo robé. Y eso me hace feliz. 

domingo, 19 de junio de 2011

13

     Este es el primer post del fin de semana que escribo en una computadora. Lo primero que hice al llegar a mi casa fue bañarme, estuve 40 minutos metida en la regadera. Muy poco ecológico, pero la última vez que me bañé fue el jueves. Durante mi estadía en la casita donde rodamos el corto lo que hacía era lavarme con toallitas húmedas tipo baby wipes. Es demasiado asqueroso, pero una vez superado sé que no tendré problemas cuando me llamen para actuar en Canaima, Roraima y cualquier vaina similar.

     Escribir los posts a mano es muy terapéutico, pero no es fácil cuando se va la luz y tienes que sostener un cigarro en la izquierda, balancear la carpeta que usas para apoyarte en las piernas, espantar mosquitos y sostener una linterna en la boca todo al mismo tiempo. Mañana cuando esté menos reventada transcribiré lo que escribí allá. Hoy, no puedo. Dejé el alma en ese set y va a tardarse unas horas más en volver a mí.

No pasamos hambre en ningún momento, cosa que agradecí.

     La escena de comida no fue con atún, fue con Diablito. Después de que pasé tres días comiendo atún como para acercarme al peo que los personajes tienen, que comen lo mismo desde hace un mes y medio. Yo me harté del atún para que me cambiaran la seña. Honestamente no era muy fan del Diablito y ahora digo con propiedad, que más nunca como Diablito en mi vida. Ayer nos bajamos la lata entre ensayos, tomas, planos y contraplanos y digo que fue suficiente como para no querer comer eso más nunca.

     Espero que este corto llegue a alguna parte. Confío mucho en que lo hará, pero igual me pasó con los anteriores.

     Estoy reventada pero quiero que sea el fin de semana ya. No voy a perder la forma física, y eso que yo esperaba poder morsear un pelo esta semana, pero me di cuenta de que bajo esas condiciones de rodaje y la situación del personaje necesitas toda la fuerza posible desde que llegas hasta que te vas. Esta semana seguiré hacienda ejercicio para poder seguir kicking me some zombie ass durante el fin de semana  que queda. I am really proud of myself y creo que el director quedó contento con mi trabajo y mi actitud hacia la peladera de bolas en general.

     I can´t wait to get back. Que ladilla tener que esperar cinco días.