lunes, 24 de junio de 2013

Cómo terminar dignamente


Porque todos acá sabemos que en eso soy una experta

martes, 18 de junio de 2013

Cómo dejar de fumar



Aparte de dejar de fumar, no estoy haciendo nada productivo con mis días. Esto iba a pasar en algún momento. 

jueves, 13 de junio de 2013

miércoles, 12 de junio de 2013

Confesión # 83. Cosas difíciles

Me parece difícil lidiar con los cambios. 
Me parece difícil hacer stand up. 
Me parece difícil salir de mi casa en tacones cuando no tengo carro, porque hay pocas aceras en Caracas. 
Me parece difícil aplicar los consejos que reparto a mis amigas como si estuviera calificada para psicoanalizar. 
Me parece imposible escuchar una canción de Arjona, pero me parece más difícil admitir que en algún momento me gustó burda. 
Me parece peluísimo no proyectarme en los libros, películas y canciones que consumo. 
Me parece difícil hablar con personas que consideraba o que en algún momento fueron mis amigos y hacer como si una vez hubiéramos tomado té juntos en un babyshower. 
Me parece difícil salir con tipos que de verdad representan un riesgo/de los que de verdad me podría enamorar y por eso I play it safe/salgo con tipos que sé que no van para el baile. 
Me parece difícil pararme de la cama a buscar agua cuando tengo sed. 
Me parece difícil escribir cuando estoy contenta o cuando estoy en un limbo emocional irreconocible. Me parece difícil escribir sobre las cagadas y los errores pero es mi manera de perdonarme y reivindicarme. 
Me parece difícil escribir chistes sobre current events, es lo más pelúo de la comedia para mí. 
Me parece difícil ser cordial con gente que me cae medio mal pero ellos no saben lo mal que me caen. Me parece difícil sonreírle a la pajúa que tiene diez años hablando paja de mí sólo porque quiere y por eso nunca lo hago. 
Me parece difícil hablar bien de mí. 
Es imposible pasar un día sin leer, es una pasión muy profunda y un hábito muy bien arraigado. 
Es imposible ser escatológica o reírme de chistes escatológicos, me parece vulgar, fácil y súper niche. 
Me parece difícil decirle la verdad a la gente que quiero cuando sé que los va a herir. 
Me parece difícil tratar a J ahorita. 
Me parece difícil hacer como si no me diera demasiada arrechera que hayas sido un huevón. 
Me parece difícil no ver mil capítulos seguidos de una serie si me gusta mucho. 
Me parece difícil no chismear. 
Me parece difícil poner cara de que me interesan los preparativos de tu matrimonio, lo mismo aplica con los achievements de tu bebé de dos meses. 
Me parece difícil no citar películas en momentos importantes. Ex: do or do not, there is no try. 
Me gustan las cosas difíciles. 

Preguntas varias

¿Por qué las modelos de los desfiles tienen que ser altas? O sea, entiendo flacas para que lleven la ropa como un gancho y no le quiten protagonismo a la camisita, qué sé yo, pero ¿por qué altas?

¿Por qué el ajoporro es el mejor vegetal del mundo? Es el Lion King del reino vegetal, de pana.

¿Por qué hay gente que dice que el negro no pega con todo y hay gente que dice que sí?

¿Por qué la biología y la anatomía se meten en la felicidad de la gente?

¿Por qué nunca nadie se ha enamorado de un obrero cuando grita un piropo? Son muy creativos, a veces dan risa y todo.

¿Por qué en los triángulos amorosos el vértice que sale jodido es uno?

¿Por qué la pizza no puede tener propiedades adelgazantes?

¿Por qué Twitter no se llama Cocaína? Digo, ya que son igual de adictivos, nos ahorrábamos una palabra.

¿Por qué no inventé Candy Crush o Whatsapp? Sería millonaria.

¿Por qué no me gusta ver televisión?

¿Por qué me gustan los hombres feos? Nah, no me digas yo sé.

¿Por qué el que me gusta no me para y al que le gusto no me gusta?

¿Por qué las tapas de los vasos térmicos me duran menos de una semana?

¿Por qué siempre se me desamarran las trenzas?

¿Por qué Apple insiste en complicar iTunes cada vez que lo actualiza?

¿Por qué se me cruza siempre el mismo tipo que no quiero ver en vez del que estoy desesperada por encontrarme? Señales can suck it.

¿Por qué todo el mundo quiere hacer cupcakes en vez de tortas? ¿No es como más pelúo y más challenging hacer una torta?

¿Por qué estamos genéticamente determinadas hacia los niños malos en vez de los buenos?

¿Por qué a mi laptop no le dura nada la pila si lo hice todo como decían los foros?

¿Por qué ponen a atletas a actuar si pueden poner a actores a ejercitarse?

lunes, 10 de junio de 2013

Por qué me decían Uva para el curioso que lo googleó

Lo primero que hay que saber es que no me gusta que me digan Uva desde hace como siete años. No puedo culparlos, it caught on pero no me gusta. 

Respondo la pregunta o alguien que estaba "navegando la web"--> bien pava yo, y llegó a mi blog buscando ¿por qué a Nina Rancel le dicen Uva? La historia es menos cool de lo que me gustaría, eso sí.  Me dicen Uva porque a los quince años, en el acto de rebeldía más estúpido pero menos significativo de mi adolescencia me pinté el pelo de morado. 

Eso sí, I couldn´t commit to that single color and/or ruin my precious hair forever decolorándolo, entonces me lo ponía como champú. Me restregaba un poquitico de Jean Color magenta en las manos y me lo pasaba por el pelo. Repetir hasta gastar la mitad de la botella. Me iba a dormir así con un gorro que estoy casi segura que era de Hello Kitty y al día siguiente, taaaaraaaaan, pelo morado a mi servicio. Eeeevidentemente así no podía ir al colegio, entonces me lo pintaba en ocasiones especiales. Puentes, vacaciones, días feriados. 

Otro pequeño detalle era que como no estaba decolorado y el color no se pegaba como debía al pelo, pues iba destiñendo y destilando morado a donde quiera que iba. Los cuellos de las camisas, las fundas de las almohadas, las manos, las gorras, los pañuelos (oh sí, usaba pañuelos de bacterias buuuurda), las toallas y la cerámica del baño, el cuello, las cintas del colegio (esa nunca la entendí) toooodo tenía manchas moradas. Como watermarks pero moradas y de tinta. Un desastre, de verdad. 

El hecho es que una vez me pinté el pelo de morado y me fui con mi guitarra a estudiar francés por seis semanas al único pueblo de Francia que nunca ha salido en una película. Como todos acá sabemos, yo soy una fashionista y por supuesto, me vestí para combinar con mi pelo morado. Camisa morada, correa morada, bandana morada de bacterias y blue jean, porque de ese color no tenía. 

Un dominicano en dijo que parecía una uvita a varios de sus amigos dominicanos. Estos amigos dominicanos se tripearon el comentario y se empezaron a referir a mí como Uvita. Se sentaron a tocar guitarra con nosotras y el resto es historia. Lo de la guitarra fue lo que nos hizo a mi grupo de venezolanas las más populares internacionalmente en la escuela. El hecho de que la otra parte de los venezolanos fueran unos comemierdas tuvo poco que ver. No había extranjero que se resistiera a nuestra simpatía y carisma cuando tratábamos de tocar o cantar canciones que ellos se supieran. Yo era malaza y ellos eran todos sordos. Muy buena combinación. 

Fui Uvita para 30% de mis conocidos hasta que entré en la universidad. Los demás me decían Nina o Rancel, como siempre. Cuando empecé a estudiar Comunicación, decidí que era hora de crecer. Ya estaba en la universidad, por Dios. Ya no era Uvita, era Uva. Los diminutivos no eran de universitarias, por favor. Me gustó que me dijeran Uva hasta que cumplí 21 años. Lo asocio además con la etapa más fea y vergonzosa de mi vida. Durante The Great Guayab solamente me reunía con gente que me decía Uva. De más está decir que we were very unhappy y que no puedo evitar asociar pues. 

Todavía mucha gente me dice Uva, pero me da demasiada flojera decirles que no me gusta que me digan así, tienes que dar toda la explicación e igual hay siempre estúpidas que te van a seguir diciendo Uva sólo para que te arreches. Y no me arrecha, pero prefiero Nina y prefiero no aclararlo porque me da flojera. 

domingo, 9 de junio de 2013

Dejé de fumar

Yo probé mi primer cigarro en 2002. El día de mi confirmación, el tipo que había invitado me embarcó y una de mis amigas que fumaba desde el tour me dio un cigarro con la promesa de que me calmaría. Me fumé un cigarro y dejé de estar brava. A los dos meses, me fumé otro. A los tres meses, compré una caja. A los cinco meses, vino diciembre y el paro y el aburrimiento. Compraba una caja cada dos semanas. En la universidad, empecé a comprar una caja diaria. Eso sí, regalaba todos los cigarros que me pedían porque costaba que si tres lochas y para fumar lo menos posible. 

Básicamente pasé diez años fumando y hoy, cumplo ocho días sin meterle un jalón a nada que se le parezca a un tubito de cáncer/enrolladito de nicotina/vicio de mierda. Lo más que yo había pasado sin fumar en mi vida en tooodos esos años fueron quince horas, el día que me operaron las cordales. El cigarro era, bueno ahorita sigue siendo, lo primero en lo que pensaba al despertarme. Me cepillaba los dientes y me obligaba a comer algo para poder fumar. Eso ha sido estos años que he sido mucho menos autodestructiva. En The Great Guayab of 2008, me cepillaba los dientes y fumaba. Era lo segundo que hacía cuando me paraba de la cama. Si hubieran inventado alguna manera para lavarte los dientes y fumar al mismo tiempo, yo la hubiera usado segurísimo. 

El cigarro era mi mejor amigo. Siempre tenía cigarros, siempre estaban conmigo. Siempre tuvo un poder increíble sobre mí y siempre recurría a él cuando las cosas estaban en la mierda y cuando las cosas iban viento en popa. Me acompañaba antes y después de los eventos importantes, como el stand up y los estrenos de teatro y las grabaciones de comerciales y la estudiadera para parciales y para la construcciones de personajes. Más de una vez salí un domingo a las mil de la madrugada con la única misión de conseguir cigarros donde fuera. 

Durante 10 años peleé con mis amigas, con mi mamá, con mis hermanos, con mis amigos, me dejaron demasiados tipos, me rompieron el corazón, me volvieron mierda, me volví loca, lloré sangre, escribí cuentos terribles, me caí, me paré, me dejaron en la lona, resucité cuando no pensé que iba a poder, trabajé, me botaron, me contrataron, me hice buena, fui mediocre, fui estúpida, fui exitosa, fui una mierda y fui talentosísima... y durante tooooodo eso, la única constante era poder fumarme un cigarro porque me sentía muy mal o para celebrar que me sentía muy bien. 

Mi vida giró demasiados años en torno a él. Porque era reliable. Porque era un amigo y los amigos son para siempre. Lo extraño. Lo extraño horrible. Dicen que la prueba de fuego es el día que sales a rumbear. El lunes pasado me tomé dos rones en El Teatro Bar Valencia y no probé ni un cigarro. El viernes me caí a palos como si tuviera 22 con Toto en una fiesta y lo máximo que hice fue pararme cerca de los fumadores y pedirles que me lanzaran el humo encima para olerlo. Pruebas superadas. 

Hay algo importante. Yo no quería dejar de fumar. Siempre quise querer dejar de fumar, pero la verdad es que no era un tema. I loved my friend and he loved me back, why would I leave him? Fumar me hacía más segura, menos temblorosa, menos cobarde y mejor escritora. Hasta que se me atravesó una realidad inocultable. Hay una sola cosa que yo quiero más que un cigarro en la vida. Y es una carrera actoral estable. Cuando se atravesó esto, una obra de teatro que va a ser un palo, con gente talentosísima, no tuve ni que pensarlo. Le prometí a Dios que si me lo daba, dejaba de fumar. Dios se manifestó y hasta ahí fumé. Soy Red en la versión de Marcos Purroy de la Caperucita Roja, y bueee... adiós mejor amigo. El amor o la amistad, pues, y el interés se fueron al teatro un día. 

Es horrible cuánto me provoca, pero ha tenido sus cosas buenas. Ahora resulta que las cosas tienen olores. ¿Quién lo sabía? Yo no. Hablar de no fumar evidentemente hace que yo quiera enrollar la alfombra y fumármela. Pero he sustituido un vicio por otro. Ahora muerdo pitillos, como los camioneros. Los pitillos me los robo de locales donde consumo o algo, muy bandera. Como si estuviera en Starbucks y me estuviera robando sobrecitos de Splenda para traerle a mi mamá. Los pitillos me ayudan porque son cilíndricos y se pueden morder. Oral fixation y todo aquello. También me ayuda el chicle. 

He llorado un par de veces de la desesperación. La primera fue saliendo a Valencia. I am not proud of this, but you are probably a judgemental asshole and/or bitch. La segunda fue regresando de Valencia a las seis de la mañana. La tercera fue entrando a Caracas a las siete y piquito cuando vi que la cola no me iba a dejar llegar puntualmente a la primera lectura de Red Wolf, que evidentemente me arrechó mucho. Conmigo, con Caracas, con Dios, con los cigarros infieles que no volaban a mi boca prendidos de una vez... Muy muy mal. Lágrimas de verdad, de dolor profundo por no poder hacer la única cosa que de verdad quería y creía necesitar: un puto cigarro. 

Hoy, estoy bien. Lo estoy haciendo como los alcohólicos. Pinté un calendario en la ventana de mi cuarto y voy marcando cada día con una equis. Como los presos o las maestras, como quieran verlo. Tengo que dejar de escribir de que no estoy fumando porque soy capaz de salir ya a comprar. Chao. 

¡A por mañana! 

sábado, 8 de junio de 2013

¿Y tú por qué no tienes novio?

Voy a imprimir esta lista y dársela a todos los que preguntan y ya.

Porque no quiero.
Porque intimido a los pocos hombres que se me acercan.
Porque no estoy desesperada.
Porque me gusta estar soltera.
Porque me encanta estar enamorada pero odio estar con alguien a juro, sólo por estar.
Porque soy exigente y sé cómo me gustan las cosas. Los hombres, pues.
Porque no quiero conformarme.
Porque la verdad es que prefiero escuchar música y bailar por la sala de mi casa en medias que arreglarme para salir a la calle.
Porque no me gusta maquillarme.
Porque me da flojerita esperar que me echen los perros.
Porque soy muy frontal cuando me gusta un tipo y eso los espanta.
Porque soy demasiado Alpha Female y los que me gustan son puro Macho Omega. Ni de vaina, pues.
Porque la última vez que me gustó un tipo de verdad, tipo con maripositas y emociones y nervios, fue hace tanto tiempo que no me acuerdo de quién era ni cuándo fue.
Porque los que me gustan son más lentos que el Internet en Venezuela.
Porque soy lesbiana, vieja metiche --> con esta se acaba la conversación siempre, normalmente la señora se para a rezar y ya.
Porque no quiero disimular lo inteligente que soy, de hecho quiero conseguir uno igual o más inteligente que yo.
Porque cuando tienes la nariz enterrada en un libro nadie te ve bien la cara.
Porque no tengo tetas.
Porque no quiero operármelas.
Porque tengo un blog.
Porque probablemente sus hermanas/primas/mejores amigas sean unas pajúas con las que ya he peleado y me caen mal.
Porque dichas pajúas a veces ni me conocen, no saben quién soy y hablan paja. Nunca tienen la información ni el criterio, pero ellos les creen igual.
Porque soy bajita como nivel de vida.
Porque soy terca y orgullosa.
Porque hablo de sexo muy abiertamente.
Porque hago stand up.
Porque hablo de sexo en mi stand up.
Porque mi expectativa de felicidad es demasiado elevada para la mente común.
Porque escojo mal.
Porque si me gusta, algo muy malo debe tener.
Porque no tengo paciencia.
Porque nunca bailan bien.
Porque no soy celosa y aparentemente someter a los hombres es importante.
 Porque no quiero hacerme la bruta.
Porque me da flojera esperar que a ellos les de la gana de besarme.
Porque no entienden como alguien puede ser tantas mujeres a la misma vez.

Hoy fue un día muy "I love you, but I love me more".

Voy a decir lo que supuestamente no podemos decir. Voy a decir que yo vengo primero. Egoísta, loca, estúpida, con razón no tienes novio, inserte su insulto acá. De verdad creo que es así. 

Puedes pasar meses o años en el mismo plan. Dándole todo al huevón, desviviéndote, aprendiendo a cocinar, partiéndote el culo en el gimnasio, planchando, lavando interiores, hablando con suegras, recogiendo colillas al día siguiente de la noche de poker, fingiendo interés en las actividades estúpidas de las amigas, yendo a ver películas terribles sólo porque a él le gustan, sacando el celular en la cola para responderle ignorando el riesgo de que te lo roben... Puedes pasarte así la vida. Yo me pasé demasiados meses en cosas parecidas, hasta ayer. 

No se supone que una pueda decir esto. Se supone que tienes que calártelo y que aguantar y que sonreír y asentir con la cabeza. Bueno, yo voy a decirlo. No quiero dar mil por ciento y que no me den nada de vuelta. Ya lo hice y sé que no es lo que quiero para mí. No lo quiero ni me lo merezco. Quiero que si yo hago algo por alguien, hagan algo por mí. Hacer algo por alguien y que no le valga a mierda, sería fino. No, wait. De ahora en adelante, hacer algo por alguien y que esa persona lo aprecie y le importe, es obligatorio.

Hay que entender la importancia de, un día, no calárselo más. Ejercité mi paciencia y mis ganas de querer por meses. Por meses hice silencio al respecto de la indiferencia y las migajas que me daban. Ayer, decidí no calármela más. Me desperté y me vi en el espejo. Pensé en todo lo que hice, con muchísimo gusto, ojo, y me puse a ver qué habían hecho por mí. De pinga el amor entregado y loco e irracionalmente comprometido, pero epa, ¿y yo?

La reciprocidad aquí era inexistente. El primer día, no me importaba. El segundo día tampoco. El octavo mes, perdí la paciencia y los papeles. Al próximo huevón que quiera venir a medio pararme bolas y que pretenda que yo me conforme le voy a decir "cuchi, muchas gracias, pero ya aprendí que puedo querer sin esperar nada a cambio y no me gustó. Tienes dos opciones, correr ahora o tratarme como en las películas. ¿Pendiente? Thought so, un placer que le vaya muy bien half-assing love and romance por ahí". 

miércoles, 5 de junio de 2013

Enamórate de una mujer de verdad

No puedo pedirte que te enamores de una mujer que lee, porque ya alguien lo hizo por mí. 

Sin embargo, puedo pedirte que te enamores de una mujer de verdad. Enamórate de una mujer que busque figuritas en las nubes. Enamórate de una mujer que sea lo suficientemente valiente para decir que tiene miedo pero que siempre ejecute a pesar de él. Enamórate de una mujer que no mate hormiguitas sólo porque puede, enamórate de la que agarra la hormiguita en la uña y la devuelve a su filita. Eso significa que es buena y capaz de apiadarse de los que no tienen las mismas herramientas que ella. 

Enamórate de una mujer que no disimule ni esconda lo inteligente que es. Las que se hacen pasar por brutas son mucho más peligrosas que las que asumen con orgullo lo inteligentes que son. Además, ¿por qué quisieras estar con una mujer que se subestima para cazar un tipo? Enamórate de una mujer que sea abrazable, adorable, querible y cogible. Todas son importantes. Enamórate de una mujer que no se maquille mucho. Son honestas y seguras. Las que se maquillan mucho envejecen más rápido. Enamórate de una mujer que sea Team Mafalda y no Team Barbie.  

Enamórate de una mujer que le guste comer. La vida es más divertida comiendo pizza que lechuga. Enamórate de una mujer que le guste la música. No importa que no sea la misma que te guste a ti. La música puede unirlos cuando se distancien, curarlos cuando se enfermen y salvarlos cuando se pierdan. Enamórate de una mujer que sepa cocinar, que le guste lavar platos o que tenga real como para comprar un lavaplatos. Trust me on this one. 

Enamórate de una mujer que esté más preocupada por los ceros en sus cheques que en los tuyos. Enamórate de una mujer que te quiera porque la haces reír y no porque le compras cosas. Enamórate de una mujer que respire profundo para calmarse cuando te ve. Enamórate de una mujer que no pueda esconder nada. Enamórate de los ojos que la delaten y que te digan lo que necesitas saber. Enamórate de ella porque le brillan los ojos cuando te ve. Eso significa que está enamorada de ti. 

Enamórate de una mujer que hable bastante, para que tú no tengas que hacerlo. La parte fácil es tuya: asiente y sonríe como si tuvieras idea de lo que está hablando. Enamórate de una mujer que te escuche con atención. Enamórate de una mujer que te pueda hacer sentir culpable y genuinamente arrepentido de vez en cuando. Que tenga ese poder sobre ti es el mejor antídoto contra la arrogancia y el orgullo. Enamórate de una mujer que no sepa planchar, para que no pierdan ni un solo momento juntos. Enamórate de una mujer que sepa escribir noticas de amor. Las noticas reviven las maripositas y hasta pueden mandar un bombazo de sangre al...corazón. 

Enamórate de una mujer que le guste bailar. Recuerda que bailar es la expresión vertical de un deseo horizontal. Enamórate de una mujer que piense en otras cosas, que haga otras cosas y que piense en otras personas diferentes a ti. Enamórate de una mujer con hobbies, con intereses, con pasiones. Que no seas sólo tú, para que no te asfixie. Enamórate de una mujer que sepa que el amor tiene que ser libre. El amor obligatorio sólo le hace daño a los involucrados. 

Enamórate de una mujer que ame y deje amar. Que sea y deje ser. Enamórate de mí o de alguien como yo, para que no me duela tanto. 

To want - to have - to do

La conversación que quiero tener:
–Te escribo para sorprenderte cuando te despiertes. Te quiero y te extraño.
–Hola! jajaja yo también te quiero y te extraño.

La conversación que tengo:
–Hola! Qué haces?
–Ocupado, beso.

La conversación que debería tener:
–You are not ready to be happy. And you are not ready to make me happy in the way I want and deserve to be.
–Ok. Lo siento.

Blogging like it´s 2009 y yo soy una inmadura

Eres un estúpido. 

Sí, tú. Antes, no salías en el blog. Ahora, sales y no sales bien. Imagínate mi arrechera cuando después de todos esos pistones me siento a hablar con una tipa a la que resulta que también le estás cayendo y a la que invitaste a salir el sábado pasado. El hecho de que yo te haya dicho que no quiero salir contigo no significa que tú puedas andar diciéndole a otras para salir, coño. 

Yo soy como una niñita. El hecho de que yo no quiera jugar con mi juguete no significa que pueda venir otra pajúa a jugar y mucho menos sin mi permiso. Y mucho menos me gustó tener que sentarme enfrente de la jeva y hablarle bien de ti. Porque esa es la verdad. La verdad es que no tengo nada malo que decir. Después de 10 años, de que jodiste a mi amiga y que nunca logramos concretar nada serio, yo no tengo nada malo que decir. 

Quiero hacerlo, pero estaría hablando paja y yo no soy habla paja. 

Verte me descolocó porque te portaste muy mal y muy bien. Te portaste como siempre fuiste pero más grande. Somos grandes, ya no somos unos adolescentes ladillas. Que ladilla. Crecer, pues, es una ladilla. 

Yo soy más estúpida que tú. Por creer que la nostalgia significa cosas y por creer que con las ganas se llega lejos. Por dejar que verte tres veces me pusiera a pensar y a acordarme de cuando era chévere salir contigo. No significa nada, de bolas que tú puedes agarrar y llamar y salir y pasear con quien tú quieras.  Lo que me dio arrechera fue enterarme y tener que venderte como si nunca hubiera pasado nada. Como si no hubiera sido importante y como si no hubiera revisado mi celular compulsivamente esperando una llamada tuya después de la última vez que nos vimos. 

Todo es muy estúpido, ya. No pasó nada.