martes, 23 de septiembre de 2014

Cambiar es más difícil que dejar de fumar

Tengo muchos meses tratando de cambiar. Quiero cambiar muchas cosas de mí y de quien soy, pero están pegadas a mi esencia como una calcomanía de infractor al parabrisa. Bueno, no, creo que lo que estoy tratando de cambiar es el parabrisas, punto. 

Soy demasiado terca e impulsiva, no sé cuándo callarme, no sé cuando dejar de hacerle daño a la gente que me quiere, tengo el mismo carácter de mierda de mi mamá, el mismo carácter que nos hizo iguales e incompatibles, el mismo carácter por el que he visto como todos se van de su vida y me da miedo que se vayan de la mía. Entonces, antes hacía algunas cosas que lo aliviaban. Por ejemplo, estaba muy arrecha y en vez de maldecir a un pobre peatón que no tiene la culpa de que haya visto una foto de un bobo en IG, no le gritaba al peatón, prendía un cigarro y mentaba madre sola y ya. 

Fumar para mí, era un coping mechanism que ya no tengo. Entonces, soy como Shakira sin danza árabe. There is a shitload of things that are now out of my reach sin él. No estoy diciendo que Shakira nunca hubiera llegado a ser lo que es sin saber bailar árabe, estoy diciendo que se le hubiera hecho mucho más pelúo de lo que fue. 

Mudarme de casa de mi mamá a casa de mi papá me ha afectado burda. Empezando porque aquí se come mejor, siempre hay comida rica y en mi casa todos éramos muy flojos, entonces así quieras huirle a la tentación abres la nevera y PUM ¡ahí está! La tentación en un Tupper con tu nombre. Literalmente. 

En el último corto que hice me preguntaron que cómo hacía para llorar tan rápido y tan real. Les dije que era técnica, pero la verdad es que en mi cabeza pasaba la escena de The Avengers cuando Mark Ruffalo les dice a todos: "wanna know my secret? I am always angry." My secret is I am aaaaalways sad. 

Lo más difícil de todo ha sido odiar menos. Odiarme menos a mí, a mi mamá, a las putasbrutas que sí consiguen trabajo, a las que son menos talentosas pero hacen los proyectos que yo quiero hacer, a la señal de Digitel, al espejo, a los huevones que me gustan pero no me caen porque saben que es un paquete, a los huevones que me caen y que me hacen convertirme en una hipócrita... Eso hay que explicarlo. 

En marzo, mientras el país se nos caía encima conocí por Tinder a un tipo que me invitó a salir. Yo salí, porque soy loca y porque quería. La pasamos bien, salimos con tres semanas y fue chévere. Después como en mayo, recaí con el último hombre que quise. And that was it. Por favor, hay que prestarle atención al detalle acá. Con un tipo salí por tres semanas, con el otro recaí por más o menos lo mismo. Son dos verbos totalmente diferentes. No es lo mismo que un tipo te llame y te busque en tu casa y vayan a cenar, a que un día estés borracha y te des los besos con un hombre que ya te rompió el corazón una vez. ¿Sí se entiende? Fino, casi todas mis relaciones han sido una mierda pero hasta yo entiendo la diferencia. 

Desde marzo hasta el martes pasado, NOT ONE DUDE ASKED ME OUT–Toto y Raúl diciéndome para comer hamburguesas no cuentan–. Shakira preguntaría: ¿sí se entiende? OK. Pasé seis meses más sola que nunca. Claro, nobody wants to date a fat bitter low self esteemed bitch. Yo tampoco hubiera querido conmigo. Lo que digo es que es muy duro para una tipa que ya de entrada no está bien que nadie quiera ni llevarte a contar huecos en la autopista. Y que es más duro todavía que eso le pase a una feminista que nunca ha dejado que sus relaciones y la percepción que tengan los hombres de ella la definan. 

Not only did I become a bitter, resentful, constantly sad artist y also became a hypocrite.  Sí, yo sé que no los necesito pero estos seis meses me hicieron entender que sí los quiero. A person who lives and breathes and talks and exists and has a car, took me to dinner and drinks last week. Y fue brutal porque la pasé bien cuando tenía terribles expectativas. Al día siguiente, no conocí pero sí reconecté with a guy I actually liked. Rum works in mysterious ways, diríamos. 

Sí, soy una mentirosa y una hipócrita que doesn't walk the talk, pero coño necesitaba sentirme metible y deseable y fuckable y querible. No es lo mismo hablarte al espejo y decirte que estás bien y que eres linda, buena, talentosa, simpática y que todo fluirá y no poder contener las lágrimas y lanzarte al piso del baño pensando que coño de la madre, Dios no me jodas, estoy desesperada y necesito ser esas cosas YA, además de disciplinada, paciente y tolerante... No es lo mismo pensar y desear todo eso sin ser una hippie que sabe manejar y canalizar las energías y vibras (ugh, que insoportable) a de verdad creerse todo eso y saber que puedes ser mucho más. 

Ya no quiero ser la sombra de lo que era y este camino a la reconstrucción y la recuperación han sido muy duras.  

Que mejor muestra de estar en la verdadera mierda que I am not blogging. Lo que bloggeo es pura mierda y no hay cuentos interesantes que contar, esa es la verdad. Mi blog siempre ha sido para hablar de mí. Una de las mejores maneras de hablar de mí es como reacciono a las atenciones de ellos. Si no hay ellos, no hay materia de discusión y eso es la peor cosa que he escrito acá en años. 

Sigo tratando de convertirme en la mejor versión de mí que pueda. Lucho contra las peores partes de mi personalidad todos los días, casi siempre sin éxito. Seh, yo sé que los cambios de conducta y de personalidad no son de la noche a la mañana. Nunca he sido paciente con nadie y sé que se me va de las manos a veces, pero con quien soy más dura y más impaciente es conmigo.

Finalmente se acabó Microteatro y aprendí que my way was indeed the best way. Digo esto sin arrogancia. Por años, sólo me involucré en proyectos que de verdad me mataran. Tipo holanopuedovivirsinactuarenesto. Como soy demasiado pasional, todos los proyectos eran El Proyecto y a todos les ponía el alma, con lo enorme que quienes me conocen saben que eso puede llegar a ser. Cuando me ofrecieron el trabajo, dije "bueno, I will make some money." Lo hablé con mi papá cuando de verdad estaba dudando y la verdad es que el sr. Rancel con todos sus maletines y su cabeza que funciona como Excel (esto a mí me parece una tragedia pero para él es un gran halago) me dio un consejo enorme que me permitió ver la vida de otra manera. Fue un Momento Eureka. Todos los proyectos tienen que darte una de tres cosas: satisfacción, aprendizaje o plata. WHAAAAT? Corto circuito cerebral. Agarré el trabajo porque yo nunca había trabajado un día en mi vida. El trabajo que tuve de oficina una vez, lo amé. El trabajo en radio, no era trabajo porque lo amé. El trabajo como actriz no es trabajo es el amor de mi vida. Ésta sería la primera vez que trabajaría. O sea, you wake up, you show up a pesar de no querer estar ahí and somebody pays you for it. Hice grandes amigos y conocí a gente muy chévere, pero la verdad es que no sabía que uno podría llegar a un teatro con la sensación horrenda de no querer estar ahí. Ya entendí. MÁS NUNCA HAGO NADA POR EL DINERO. Yo nunca fui una mujer que se moviera por eso y además el pago fue una mierda. Back when I was broke the first time, empezando en radio, el dinero empezó a llegar cuando tuvo que hacerlo. Cuando me partí el culo trabajando y puse el foco en el trabajo en vez de tenerlo en hacer dinero.

Vuelvo a hacerlo a mi manera, no porque el consejo de mi señor padre preocupado por la artista de casi treinta años que todavía mantiene haya sido malo sino porque it worked fine the first time. Do the work and commit al proyecto que amas y el dinero llegará como sea. No te esclavices a una mierda por tres lochas porque tu paz y tu energía para crear otras cosas no tienen precio.

En serio, esta vez sí voy a cambiar. Voy a pelear contra mí y voy a deshacerme de todo lo que me pesa y me afecta. Tengo que buscar ayuda para hacerlo, obvio, pero I swear que esta vez estoy determinada a lograr pararme de la cama y hacer las cosas con pasión y no con desidia. Y rezar porque ese primer paso, sea suficiente. 

viernes, 12 de septiembre de 2014

No estoy diciendo que fumen, estoy diciendo que yo nunca he debido dejarlo

 La verdad es que dejar de fumar no me ha traído grandes beneficios. Dejar de fumar fue lo que marcó el primer paso hacia el año más duro y triste de mi adultez. Dejar de fumar, para mí, ha sido la peor decisión que he tomado en mi vida. 

 Ajá, puedo subir el Ávila sin cansarme... and then? Me super sabe a mierda, antes lo hacía igual. No lo hacía igual de rápido ni me recuperaba tan chola. Ajá, no tienes los dedos amarillos todo el día... and then? Eso se podía arreglar fumando Marlboro que el filtro es mejor. Ajá, no huelo a cenicero mojado todo el día... and then? Hay cremas, regaderas y perfumes que cumplen la misma función. Ajá, todo huele... and then? Déjame decirte que tener olfato de nuevo es igual a comer más. Ajá, la piel se ve más linda... and then? ¡NO! Muérete que no, no siempre. Mi sustitución fue, como ya todos sabemos, comer. Más específico, en mi caso fue comer chocolate, dejar de fumar hizo que me brotara. En toda mi adolescencia tuve tres pepas. Hasta hace tres meses, padecí de pepas enormes y abundantes de pepas all over my face. No me jodan. Prefiero morirme de insuficiencia pulmonar, pero con la cara lisita. Ajá, tengo los dientes más blancos... and then? No es blanco papel bond, es blanco tirando a amarillo porque fumé por diez años y es evidente que eso se paga. Ajá, no te da cáncer... and then? Dejar de fumar significa que tienes las mismas probabilidades de que te dé cáncer que una persona que no fuma si no tienes antecedentes en tu familia. Conozco más no fumadores con cáncer que fumadores, entonces ese argumento vamos a eliminarlo. All I am saying cancer is a bitch y le da siempre a gente buena y que no se merece enfermarse. Ser fumador no te hace mala persona, debo aclararlo también. Ser fumador sólo significa que tienes un vicio que es más fuerte que tú. Maldita sea, shouldn´t have quit. MALDITA SEA. 

El único beneficio real que me encanta y que le he visto es que no gasto tanta plata. Ya. La salud me sabe a mierda porque soy una ingrata que la tiene. No me doy cuenta de how lucky I am porque estoy sana y viva pero coño, la verdad es que quiero ser flaca. Ser saludable me sabe a mierda. Quiero ser flaca, punto. Para mí dejar de fumar se tradujo en odiarme más, odiar mi cuerpo, odiar mi ansiedad, odiarme más, no conseguir trabajo y pelar bola. Nunca he debido dejarlo, de verdad. Smoking was like a dear friend to me. Smoking and blogging, mis dos refugios y mis dos consuelos. 

Mi vida se fue a la mierda cuando dejé de fumar... and I really want it back.