domingo, 21 de junio de 2015

¿Cómo no va a ser personal?

Lo primero que voy a decir es que estoy demasiado agradecida con las fuerzas universales, deidades, directores, productores, asistentes, directores de casting y jefes de proyectos en los que he estado este año. Estoy demasiado agradecida y contenta porque I am a working actress. Vivo del arte noble y contundente que siempre he soñado con hacer. Todos los días trabajo con gente talentosa, buena, genuina, que me hace aprender y mejorar. Gente que me enseña, me acompaña, me alcahuetea y me aplaude. Este año me he sentido afortunada y recompensada. Soy siete veces mejor actriz de lo que era el año pasado porque he estado en siete proyectos que me cambiaron para bien. Crimen y castigo, Labios Rojos, Casting Express, Piel Salvaje, Ti Voglio Bene, El Peor Hombre del Mundo, etc. 

Pero hoy me avisaron que no quedé ni para el callback de una peli que quería hacer. Esa mierda es humillante. ¿Ni para el callback? Definitivamente tiene que haber algo más en mí que me hace fall to pieces cuando escucho que no. No conozco ningún actor que se vuelva mierda como yo. Siempre he tenido tendencia a deprimirme y siempre he sido demasiado intensa. Ser intensa no es algo que se pueda corregir tan fácil, digo yo, porque está estrictamente ligado a la sensibilidad y los mecanismos biológicos que regulan las hormonas que nos deprimen o nos ponen contentos. Soy demasiado mmhva en la vida porque soy demasiado sensible en la vida también. Todo me duele, todo me afecta, todo me conmueve. Y entonces uso el mmhvismo para compensar. 

Yo sé que el sol sale todos los días. Que hay tiempos mejores y que al final, todo va a estar bien. Lo que no sé es cómo no tomármelo personal. 

Los actores trabajamos con nuestros cuerpos, nuestra mente y nuestras emociones. Algunos actores, como yo, trabajamos con nuestra sangre también. Todas las células de mi cuerpo se ponen a la orden del personaje que venga, del personaje que toque. Entonces ¿CÓMO COÑO NO VA A SER PERSONAL? Cómo no va a ser personal si las lágrimas son mías, si a veces cuando no me conecto con las alegrías del personaje tengo que usar las mías. Cómo no va a ser personal si tengo que sudar por ella, sufrir por ella, reír por ella, correr por ella, enamorarme por ella, trepar por ella, revivir por ella, entender por ella, enterarme por ella, sorprenderme por ella, querer por ella, parir por ella. Cómo no va a ser personal si le prestas la piel, la lengua y la cabeza a alguien que no existe. Cómo no va ser personal si te conviertes en ella por meses, fuckers. ¡Cómo no va a ser personal si le prestas literalmente tus zapatos y tus pantaletas porque en este país las producciones están pelando demasiada bola para comprar vestuarios! Cómo no va a ser personal si ella parte de mí. Sí, es verdad termino siendo ella pero empiezo yo. Sí, algunas de nosotras somos tan huevas peladas que somos los putos personajes, deal with it. Y no es una locura, se llama Acting, bitches, you should try it some time.

Cómo no va a ser personal si es mi cuerpo el que evalúan y juzgan y dicen que no sirve–QUE NO SIRVE–para este personaje. Mierda, con lo sensible que es una es muy jodido no tomarse el "que no sirve" a pecho, porque al final de pana fuiste tú la que no terminó sirviendo. No fuiste suficiente. Tú y tu cuerpo y tus emociones y tus lágrimas y tu voz y tu cara y tu estado de ánimo y tu vulnerabilidad, mamahuevo, no sirven. 

La vida que tú le das a dos páginas a veces mal redactadas que te entregan una hora antes no sirven. Todo lo que tú creaste, imaginaste, pusiste, entregaste y buscaste para hacer al personaje verdadero y verosímil, no sirve. Toda tu técnica, tu currículum, tus estudios, tu Como Si, imaginarte a tu perro muerto para poder llorar en un comercial de Tampax como si estuvieras premenstrual... no sirven. 

Nada de ti es suficiente. Tú tratas de hacer magia. Tratas de meter 25 años en 25 minutos. Llenar al personaje cuyo nombre te acabas de aprender de cosas específicas, detalles cotidianos, inventarle o prestarle exnovios y tragedias para que VIVA, maldita sea, para que viva en el casting, no son suficientes. 

Claro que me lo tomo personal. Me lo tomo personal porque soy actriz. Y soy actriz porque mis emociones son evidentes y profundas y puedo acceder a ellas cuando me da la puta gana. Puedo llorar a la voz de acción y puedo conectarme con las mierdas más horribles y traumáticas en un segundo cuando me lo pide un huevón que estudia séptimo semestre y no sabe lo que es un eje. Es personal, porque para poder ser actriz hay que ser una persona primero, coño. Tienes que saber quién eres para poder ser una gran actriz. Yo tengo 30 años tratando de ser quién soy solamente para poder actuar mejor, vale. 

Es imposible que no sea personal cuando escuchas que no. It was you who got rejected. Fui yo la rechazada. No el personaje. Fui yo Nina Rancel que no fui suficiente para ser Eugenia Blanc o quién sabe cuántas más cuyos nombres prefiero no recordar. Fui yo Nina Rancel la que no fue suficiente para ser la de hoy que ni de huevos me acuerdo cómo se llamaba. Por 20 minutos tuve que ser ellas, frente a tres jueces y una cámara. La cámara no toma la decisión, la cámara no es el problema. La cámara muestra lo que puede. Los que deciden son carajos que me hieren con sus decisiones. No sé qué más tengo que ser, hacer o decir para que entiendan que yo siempre voy a llegar temprano, nunca voy a faltar, siempre voy a estar de buen humor, siempre voy a dar todo lo que tengo y lo que puedo. ¿Cómo no entienden que por un personaje me desangro y hago todas las locuras actorales estándar para hacerlo con verdad? ¿Cómo no entienden que es perfecto trabajar con jevas que venimos del teatro porque somos humildes, no tenemos autoestima y somos demasiado responsables?  

¿Cómo no entienden que es personal porque no es anónimo? Una se para ahí y da la cara y el alma a veces. Cuando se trabaja con el alma, es personal a juro. Tantas buenas actrices que hay en este país, carajo. Claro, hay algunas que se creen la verga de triana porque hicieron tres comerciales y dos escenas en cualquier película de mierda, pero no estamos hablando de ellas. Estamos hablando de nosotras, las intensas, las comprometidas, puntuales, responsables, disciplinadas, entrenadas, cultas, leídas, interesantes, inteligentes, verdaderas, nobles, generosas, trabajadoras, entregadas, disciplinadas, autogestionadas, emprendedoras, bellas, buenas, respetuosas, simpáticas, reales, genuinas, auténticas y sí, intensas, que nos hemos partido el culo para ser todas esas cosas. Nadie nace teniendo todas esas vainas al mismo tiempo. Ser todas esas cosas al mismo tiempo nos ha costado, nunca mejor dicho, sangre, sudor, lágrimas y relaciones. Las que trabajamos por tener lo que no teníamos, las que estudiamos con mil maestros para mejorar todos los días, las que no nos conformamos ni nos rendimos. Para nosotras los objetivos de nuestros personajes son de vida o muerte, porque así nos enseñaron nuestros maestros. No pretendan entonces que actuar sea una mierda cualquiera, una actividad nula inconsecuente como cepillarse los dientes. Pararse de la cama todos los días a ensayar, es de vida o muerte. Llegar a la función, es de vida o muerte. Que el personaje quiera así sea un puto vaso de agua, es de vida o muerte, coño. Que al personaje le maten a un hijo, es de vida o muerte también, vale. 

Se siente personal, porque lo es. 

Mañana todo esto habrá pasado, porque todo pasa y mandaré buenas vibras y cosas hippies a todo el mundo y al universo para que se me devuelvan. Sólo por hoy me doy permiso de sentirme como un renacuajito tipo 2014 y mañana, cuando el sol brille como en Annie, volveré. 

1 comentario:

Fran dijo...
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