Etapa 1: Negación
- Estás loca? Yo ayer no estaba rascada.
- Jajajaja. Mira idiota, estabas tan rascada que te le declaraste a mi papá.
- Ay, de qué hablas? No estaba tan mal así. Estaba prendidita, lo hice porque era parte de la joda.
- ¿El beso que le trataste de dar era parte de la joda también?
Etapa 2: Reconocimiento del Problema o Aceptación
- Jajajajaja, coño de tu madre, no mereces la vida después de lo que hiciste anoche.
- Coño, ni me lo recuerdes. Pero en mi defensa, tengo que reconocer que el Sr. Johnnie tiene más poder sobre mí a veces. Y lo que me importa es naaaada!
Etapa 3: Se voltea la tortilla.
- Huevon, cuán rascado estabas tú ayer? Por qué hiciste esoooo?
- (después de meditar 1.5 milésimas de segundo) Marico, estaba demasiado mal. En el dolor.
(Lo que el amigo no sabe es que estabas perfectamente sobri@, pero no tienes los pantalones para decirle al mundo que sencillamente tu criterio es MALO. Incluso cuando estás sobri@).
Como si el alcohol no hubiera sido fiel contigo cuando lo necesitabas.
Como si el alcohol te hubiera dejado morir alguna vez.
Como si el alcohol no te hiciera sentir mejor al consumirlo.
Como si el alcohol tuviera la culpa que yo sea una taradita de vez en cuando.
"Huevon, cuán rascado estabas tú ayer? Por qué hiciste esoooo?"
ResponderEliminarEn ese caso es muy aplicable la "Teoria del Güevón"... Ya que TU quieres ser como ese Güevón que hizo "eso" que tu ¡NO!
Jejejeje...
ResponderEliminarNo creo que quieras ser el guevon en ese caso! rasacado casi siempre uno la pone!