Conversación Con Nosotras.

Uva: necesitamos conseguirnos.
Nina: chama sí, así no podemos seguir.
Andreína: pero me da miedo preguntarle...
Nina: lo sospechábamos. Dale tú, por favor.
Uva: y si me cae a coñazos? Si me tomo unos rones, quizás.
Andreína: no es el momento de rones. Concéntrate. Es por nuestro bien. Como dijeron ustedes, así no podemos seguir.
Nina: bueno, yo lo hago. (Voz temblorosa) Rancel, ¿podrías venir un momentico que queremos hablar contigo?
Rancel: que ladilla... ¿qué coño quieren? Yo estoy de vacaciones.
Andreína: bueno, no, es verdad. No importa. Perdón por la interrupción.
Nina: chama, no. Esta vez no creo. Es importante. Tienes que volver de vacaciones ASAP.
Uva: sí. Es más importante que salir a rumbear. Te necesitamos. Urgente.
Rancel: ¿qué pasó ahora?
Nina: que nos enamoramos. Las tres nos enamoramos.
Rancel: coño de la madre. Coño de la madre. Coño de la madre. Tengo 22 años diciéndoles que no. Coños de su madre. Las tres. ¿No se los advertí? ¿Ah? ¿No se los advertí?
Uva: no sabes cuánto nos arrepentimos. Pero no se pudo chama. Y si te sirve de algo, aprendimos la lección. Ya no nos enamoramos más.
Andreína: totalmente de acuerdo. Estamos en el foso. Necesitamos que nos saques de ahí como sea.
Rancel: ustedes son tres. Yo soy una sola. No sabía que estaban enamoradas ni siquiera. ¿Cómo hago para sacarlas a las tres del foso al mismo tiempo? Con una puedo, con dos quizás. Pero de una así, las tres al mismo tiempo es difícil. Sin ensayo ni previo aviso ni un coño... es fregadísimo.
Uva: chama pero tú eres la fuerte. La mamá de los helados. La que bate el chocolate. Te lo suplicamos. Necesitamos tu ayuda. Tú eres la que puede con todo, la que siempre ha podido y por siempre podrá. Si no nos ayudas, no sé qué va a pasar con nosotras.
Nina: de verdad. Yo no puedo seguir escribiendo y leyendo cosas tristes. La otra no puede seguir mandándose peas lloronas todos los días y la otra sencillamente no puede con nada. No sabes cómo nos duele y no queremos más, por favor.
Andreína: sí, eso es verdad. Yo nunca puedo con nada y...
Rancel: bueno, bueno. Déjenme ver qué puedo hacer. Pero tienen que colaborar. Entre las cuatro, juntas, lo intentamos. Pero, en serio, tienen que colaborar.