Estefania, Ven Acá Que Te Voy a Echar Un Cuento

La primera vez que yo salí con tu novio actual tú todavía estabas soñando con que te lo presentaran. Pero no importa, una entiende que all is fair in love and war. Como siempre has hecho te le metiste por los ojos y "ganaste." Chocaron, muy mal, pobrecitos los dos. Las cosas malas tienden a unir a las personas. Lograste salir con él, porque al fin y al cabo te malogró la pierna y yo como la dama que soy a veces, me retiré.

La segunda vez ya me preocupó un poco más. De nuevo, niña y niño empiezan a darse los besos, confunden cosas - hablo de él y de mí, no tienes nada que ver aquí... todavía - y te emperras de nuevo. Lo quieres a toda costa para ti. Lo suficiente como para meterte de nuevo con lo que no era tuyo. Cierto, tampoco era mío, pero ya me estabas empezando a preocupar. Si alguien tan promiscua y coño de madre como tú, podía levantárselo a él, eso me convertía a mí en alguien parecido a ti. De nuevo, te cedí el lugar que tanto te mereces hoy y me volví a retirar en busca de mejores oportunidades.

La tercera vez ya, le dije a Juan que pues bueno, que se fuera con su loca Unibrow, porque de verdad que no más. No me la calo pues. Cada vez que yo quiero con él, tú quieres con él. Yo estaba enguayabada y mejor quedarme sola con mi guayabo por otro hombre que meterme con un tipo que claramente no busca personalidad, si no que siempre busca relaciones sexuales. Enough. Hasta luego, un placer haberlos conocido a los dos.

Tú todavía no has entendido qué pasa. Pasa que tú ganaste. Te lo ganaste a él, a su poco criterio, a su mal gusto y a su inmadurez. Es todo tuyo. Te lo mando con todas las fotos que nos hemos tomado en Nueva York, en la playa y en reuniones con sus amigos. Es más, te regalo hasta las fotos que yo me he tomado con sus amigos. A quienes por cierto les caigo mejor que tú, por el simple hecho de que no le monté la patica encima a su pana.

Pero no me voy a calar vainas como las de hoy. Yo, a diferencia de ti, tengo la madurez para distinguir qué es cada cosa. Yo fui a hacer una audición porque me invitaron. Porque creo que haría un muy buen papel. Porque sé que necesitan desesperadamente una protagonista. No para quitarte el novio. Esas son las cosas que gente como tú hace. Yo respeto a los novios de las demás. A diferencia de gente por ahí que conozco.

Pero no, tú tenías que cagarte de la risa durante toda mi audición. Pero fue bueno, porque pude demostrar que a diferencia de ti soy una persona extremadamente profesional y madura. Por cierto, reventé esa mierda. Si me dan el papel, pueden pasar dos cosas: que me las eche al hombro y no lo acepte o que lo acepte para hacerte la vida miserable. Para seguirle demostrando a tus compañeros del cortometraje que la puta aquí eres tú. Perdón a todas aquellas mujeres que ejercen ese oficio por compararlas con ella.

La perra siempre fuiste tú. Escribo esto con el firme propósito de que lo leas. De que lo lean tú y tu novio desempleado. Si alguno de los dos sabe leer, puede venir a mi casa a caerme a coñazos. No me interesa. Los recibiré con los brazos abiertos. Nos caeremos a gritos eso sí, porque aunque me encantaría partirte la cara por estar diciendo que la loca, perra y rabalera soy yo, jamás haría ese tipo de espectáculos.

Un besote, pórtense bien los dos y nos vemos cuándo nos veamos.

PD: tienes una pésima mano, porque está más feo que nunca.