Gracias Totales

A Dios y a la Virgen, que no me dejan morir aunque hagan que pasen estas cosas para probarme y fortalecerme (creo que es enough, pero es una humilde opinión solamente). A todos. Los que han estado pendientes. A los que han llamado. A los que han comentado. A los que afirman con certeza que no me voy a morir, aunque eso sienta o eso quiera. A los que se han manifestado de cualquier manera. A los que han pasado por esto. A los que me quieren y por eso me apoyan. A los que leen y se identifican. A los que están ahí en la computadora, en mi casa, en las fiestas, en las tardes de jugos o de birras. A los ex-conocidos ahora panas del alma que me divierten y me distraen en rumbas, partidos, fiestas pan-demoníacas y en cabinas de radio. A los amigos que suben de Camuri porque los llamé emparamada en llanto. A la amiga que hice porque era la novia de mi mejor amigo, pero que acude a consolar a la mejor amiga del novio sin arrechera ni celos. A los que nos quieren a las cuatro tal cual como es cada una. A los que no me quieren, pero saben que esto es lo peor del mundo (quizás no lo peor, hay gente muriéndose de hambre y muy enferma, pero entiendan) y por eso también están pendientes. A los que saben lo duro que es y por eso se solidarizan con mi dolor. A mi mamá, gracias a quien no me he pegado un tiro o me he tomado un frasco de pepas. A mi papá, que me compró libros y películas. A mis hermanas. A mis hermanitos. A mi psiquiatra, que me regaña porque soy una egoísta y he perdido la perspectiva. A las que no me han regañado todavía por no poner las cosas en perspectiva. A Chiqui y a Mari. A la Maraca, Loren, Ora, Bea, Laura, Eugenia, Bibi, Victor, Huerta, Isa, Perfecta, Pebbles, Debora, Gustavo, Paul, Carito e Isa.

No pueden entender lo que significa para mí. I owe you all, big time.