Y Me Da Miedo Estar Sin Ti.

El miércoles 4 de junio fui a un concierto de Jeremías para 150 personas en el Auditorio (léase pequeño chuzo/ tamaño salón de clases normal de la UCAB) de la Universidad Monteávila. El concierto fue maravilloso. Sólo él y su guitarra. Su guitarra y él. Como éramos poquitos, el pana se podía dar el lujo de echarnos la historia de cada canción. Obviamente llegué fashionably late, como siempre, y por eso nos sentamos en la última fila.

En este caso estar de última jugó a mi favor: estuve parada todo el concierto. Bueno estuvimos paradas las 7 u 8 únicas idiotas que nos sabíamos todas las canciones. Por eso el pana nos saludaba y señalaba durante toda la hora. La calidad artística de un cantante se mide cuando sus conciertos no son puran retórica y este venezolano nos sorprendió a todos. Sin luces, sin banda, sin bailes, sin mujeres semidesnudas haciendo los bailes, sin parafernalia y sin actitudes poco modestas, Jeremías cantó y echó vaina con nosotros. Es súper afinado y tiene una presencia escénica increíble. El talento y calidad humana de este hombre, que no sólo está bueno, son inmensos.

Lo perseguí al backstage cual fan enamorada y stalker loca ( since I am a little bit of both) y hablamos. Le dije que me debía Desde El Bar, y su repuesta con sonrisa Colgate y demás fue la siguiente: "bueno, si hubiera tenido una caja de birras te lo juro que te la canto. Te la debo." Bastó eso, el color de sus ojos -son de otro planeta-, lo charming que es y el hecho de que es bajiiiito, para saber que he agregado a otra persona a mi lista de obsesiones. Justo de segundo, después de Harry Potter.