f.Punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto.
f. Visión, considerada en principio más ajustada a la realidad, que viene favorecida por la observación ya distante, espacial o temporalmente de cualquier hecho o fenómeno.
Ayer fui a la UNIMET a escuchar el testimonio de una sobreviviente del Holocausto. Mientras la señora echaba el cuento de su vida, no pude evitar pensar en lo egoísta y pajúa que soy. Ésta señora, Dios la bendiga, me hizo FINALLY get a little perspective. Esta señora nos hizo llorar a todos. Nos hizo reír y yo, le estaré eternamente agradecida, por hacerme entender.
He tenido la oportunidad de escuchar hablar a otros sobrevivientes de la Shoá y creo que ella es la que dio el mensaje más esperanzador. Todos y cada unos de los hombres y mujeres que he escuchado contar sus historias han sido admirables. Todos lograron contar su historia sin una lágrima mientras yo pedía perdón por llorar como una Magdalena cuando ellos eran los que, por mi culpa, se veían obligados a recordar lo que vivieron. Pero esta señora... no hay palabras para esta señora.
Without further ado, citas semi textuales:
- La música más bonita que he escuchado en mi vida, fue el conjunto de bombas y explosiones que escuchábamos desde el Auschwitz cuando llegaron los Aliados a liberarnos. Hasta el día de hoy eso está grabado en mi memoria y nunca podré disfrutar una sinfonía como disfruté esos estallidos.
- Yo sí creo en Dios. Dios creo al hombre y fue el hombre quien creó Auschwitz.
- Al llegar a Auschwitz me sorprendió el olor a carne quemada. Nadie sabía que nos mandaban a morir para allá. Sencillamente porque era inconcebible que alguien tuviera tanta maldad en el corazón.
- No importa si te quitan la dignidad, el nombre, el agua y la comida. Nunca te quitarán las ganas de sobrevivir.
- Lo peor del camino en el tren era que no sabíamos a dónde íbamos. La incertidumbre fue lo más duro.
- Lo primero que ví cuando llegamos a Auschwitz fue el Ángel de la Muerte. Separaba a hombres y mujeres primero y después a los que íbamos a "vivir" y a los que no. Él decidió que yo "viviría" por lo menos un tiempo más.
- Me perdonan el acento, pero yo creo que sí me van a entender. Pierdo todo, siempre. Lo único que no he podido perder es el acento húngaro. (Risa).
- Hay fechas que dejan marcas imborrables de fuego en el alma de las personas. La fecha que entré a Auschwitz, la fecha en la que salí, el día que me casé, el nacimiento de mis dos hijos, de mis nietos y de mi bisnieta son de esas fechas para mí. (Sonrisa).
- Cuando me cortaron el pelo largo y negro, ahora soy rubia pero es con ayuda de pintura (risa)... que yo tenía no me importó. Porque mi mamá estaba a mi lado.
- Si yo hubiera sabido que esa era la última vez que iba a ver a mi padre probablemente hubiera sido la última vez que él me hubiera visto a mí también. Ni una bala hubiera podido frenarme para darle un último beso y un abrazo.
- A veces decía: hay electricidad en todas las rejas, por qué no me lanzo? La verdad es que no sé por qué no me lancé. Y por eso le doy gracias a Dios. El instinto del supervivencia del ser humano es envidiable, no creen?
- Cumplí 18 años en Auschwitz. Mi celebración fue pedazos de ración de pan que había ahorrado de nuestra ración diaria y una taza de café.
- Yo estaba ahorrando pedazos de pan para cambiarlos por zapatos para mi mamá, que cumplía años en diciembre. Una noche me desperté por un ruidito a mis pies. Los ratones se habían comido los pedazos de pan y no le iba a poder dar los zapatos a mi mamá, que no tenía. Esa fue la peor tragedia de Auschwitz para mí.
- No salí en las Marchas de la Muerte, porque mis pies estaban congelados. Gracias a Dios que se congelaron. En la caminata hacia Hungría hubo veces que quería desmayarme y dejar de caminar. Quería morirme. Y en segundos pensaba, no, ya he llegado hasta aquí. Voy a seguir. Voy a seguir. Tiene que haber algo muy grande en mi vida que me viene ahorita y yo voy a sobrevivir para vivirlo.
- Después de eso me tocó vivir la dictadura en Rumania, por 17 años. Cuando llegué a Venezuela dije "esta es MI tierra prometida."
- Hay tantas cosas que quiero contarles. Pero el tiempo se acabó.
(A medida de que me vaya acordando de más cosas, las postearé.)
Mis abuelos también sobrevivieron y me acabas de hacer llorar y eso que he escuchado la historia infinitas veces
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ResponderEliminarSolo me resta comentar, que me alegra que hayas podido disfrutar de la experiencia, y que me genera un sentimiento de anhelos de haber estado allí
ResponderEliminarhe quedado desencajado después de leer este post. Leer en un libro esta historia, no se compara con que te la cuenten a carne viva. Muchas envidias (sanas por supuesto) de no haber estado allí.
ResponderEliminarSaludos.
Si te sientes muy mal, come cochino, eso se te quita el mal sabor que deja el sufrimiento.
ResponderEliminarjajajajajajaja...
Es increíble lo wannabe que eres...
jajajajajajajaja...
Saludos
_tEo...
A mí jamás se me va a olvidar, escuchando el testimonio de un sobreviviente de la Shoá, que dijera:
ResponderEliminar"Si pudiera volver a vivir todos esos sufrimientos lo haría. De no ser por los terrores de la guerra no habría aprendido a creer en el Sol, aún cuando no brilla; creer en el amor, aún cuando no lo siento; y creer en Dios, aún cuando está en silencio."
Persepectiva, de pana.
Todavia estoy molesto con haberme perdido la charla. Que barbaro lo de las migajas de pan.
ResponderEliminar"El hombre en busca de sentido"... No sé si lo has leído, es un libro escrito por el psiquiatra austriaco Viktor Frankl, que vivió en varios campos de concentración, es increíble, claro no se compara a que te lo cuenten en vivo, es cierto, pero es desde otra perspectiva porque como el autor es psiquiatra, da unos análisis arrechisimos de la psiquis, de hecho el carajo inventó la "logoterapia" a raíz de eso. Te lo recomiendo.
ResponderEliminarSaludos.
Por cierto (y sé que no tiene nada que ver con el post) estudio con una chama que estudió contigo en el cole. Qué como me enteré? ahh por FCBK jeje.
ResponderEliminarArrecho lo de la bala y el ultimo beso y abrazo al padre..
ResponderEliminarlas dos farces más impactactes para mi fueron:
ResponderEliminar- No importa si te quitan la dignidad, el nombre, el agua y la comida. Nunca te quitarán las ganas de sobrevivir.
- Lo peor del camino en el tren era que no sabíamos a dónde íbamos. La incertidumbre fue lo más duro.
Ve la pelicula del Niño del pijama de rayas, es la vision de la guerra para los niños, llore tanto que mi mama me decia baja la voz toda la sala te escucha llorar jajajajajaja
Estoy en la oficina y tu post me hizo llorar.
ResponderEliminarRecorde mi infancia y la vida de mis abuelos, hungaros también.
Estoy atada a la historia pero desde el otro lado y eso no implica que duela menos. Un beso
Nina!... que arrecho este post... que fortuna la de haber escuchado ese testimonio. Y qué fortuna la mía de habermelo encontrado surfeando la web por ahí.
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