Es como la loca de mierda esto

Todos acá deben acordarse de cuando la Loca de Mierda lloraba desconsolada o pega gritos histérica e inmediatamente después regresaba así: "shá, shá estoy mucho más calmada. Comí chocolate y posho terishaki y shá, mucho mejor de verdad." Bueno, así estoy.

De bolas, no es que de entrada haya una diferencia pronunciadísima entre @malepichot y shó, pero de 2008 para acá he aprendido a disimular un tantico mi locura y ya ni yo ni ella estamos tan de moda.

Ayer fue horrible. Lloré, patalée, pegué gritos, recé, menté madre y sus derivados y hoy lo que hago es cantar y sonreír y hacerle chistecitos a Novio porque mi celular, damas y caballeros, funciona.

Esta mañana llegué con cara de víctima y tragedia más un despeine casual al lugar donde hacen servicio técnico en Concresa, donde trabajo. En lo que le conté lo sucedido, "señor yo nací en Noviembre y mi mamá pues no estuvo muy bien después de que yo nací, casi la mato de hecho, pero igual me perdonó por eso cuando me escuchó decir biniki en vez de bikini en las playas de Margarita... y nada, le quité la pila por si acaso pero ahora no prende".

- Bueno, déjamelo aquí reina, pero eso sí, de una vez te digo que si es la pantalla eso son mínimo mínimo 1000 bolos, de los nuevos, obvio. Si me das la aprobación y yo consigo el repuesto le hago el cambio, pero necesito la aprobación.
- Será, señor. La pantalla es más barata que un celular nuevo, o sea que echate it balls.
- Ah?
- Nada.

El hecho es que dos horas y media después llegué con el corazón en la garganta, sudando frío y, por qué no decirlo, bieeeen cagada y ansiosa al local. El hombre no sólo me dio mi BB con pantalla funcional, si no que además me cobró una propinita para el café. Literalmente, le di los 20 Bs. que tenía en efectivo y di brinquitos sólo comparables con emoción Potteriana hasta la radio.

Desde las tres y quince de la tarde he cambiado un poco. Soy como fucking Pollyana y el mundo es de color unicornio con cachorritos y gomitas flotadoras y por lo menos por el resto de la semana voy a colgarme un cartel en el cuello que diga: notifícote, Mundo, que te voy a comer.