jueves, 9 de junio de 2011

4 (y apenas es día 3) Un malandro educado

La piloto del carro se llama Andreína Rancel y como una caraqueña cualquiera, está consumida por la paranoia que azota a los venezolanos todos los días.

Manejaba su carro vía su casa y como siempre, todas las cosas de valor que tiene estaban escondidas. La laptop estaba en la maleta,  el celular escondido en el huequito de la puerta del piloto, porque ella nunca lo saca cuando está manejando, el Ipod abajo de su asiento con un sólo audífono tapado por el pelo en el oído derecho y su cartera en el piso del copiloto. Esa paranoia la salvó hoy: de haber tenido alguna de esas cosas en la mano, dicha cosa estaría en camino a Coche o Petare o Mercado Libre.

Parada en la cola pensaba en la rutina de ejercicios que iba a hacer cuando llegara. De repente, ve unos motorizados asomándose por la ventana del copiloto. Bueno, un motorizado y su parrillero. Cuando pensó “ay, Virgen María” ya los motorizados habían desaparecido. Se quitó el audífono y lo lanzó debajo de su asiento. Puso las dos manos en el volante y la cara más segura de sí misma que consiguió en el repertorio.

Avanzó tres metros en la cola y aparecieron de nuevo, esta vez por el lado del piloto.

-       TE AGRADEZCO ME DES YA EL CELULAR, POR FAVOR.
-       Sr, no lo tengo.
-       No le creas, yo se lo vi en la cartera.
-       Señor se lo juro que no lo tengo.

Andreína agarró la cartera y se las abrió en las caras para respaldar su mentira.

-       Mire, señor, aquí no está. Lo dejé cuando salí y no lo tengo, se lo juro.  

Andreína los vio a los ojos, les vio las manos y las cinturas. No había, o no se veía, un arma por ninguna parte. Los hombres la vieron a los ojos con odio y resentimiento y se fueron. Andreína les sostuvo la mirada hasta que dieron la vuelta en U en el semáforo. La placa termina en 7B.

Andreína sigue temblando, pero ya en la comodidad de su casa. Al menos hasta que recuerde que ni en la casa de una está segura. Le agradece a la Virgen haber salido lisa y por siempre estar ahí--la religión y la rezadera funcionan--, le agradece al malandro haber dicho “por favor”, le parece bien delicado de su parte y se menta la madre por loca, todo al mismo tiempo. 

3 comentarios:

  1. Gracias, por cuidarte.

    Esto aqui se ha vuelto un descaro, total. La impunidad a todo nivel.

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  2. A mi me pasó algo parecido, justo en la salida de concresa, me venian siguiendo desde sta fe y me lo habian visto, cuando decidieron atacar saque la rebelde en mi y les pregunte ¿Pero por qué? -Porque si! Dámelo!! -Nooo, es mío y les subí el vidrio

    Gracias a Dios, la Virgen, los ángeles, arcángeles etc etc etc no estaban armados, si hubiera sido así, me matan, por descarada!

    Jejejej, tus habilidades actorales te salvaron!

    Saludos!

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  3. Él será malandro, pero maleducado no!

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