Eureka

A los 14 años yo tomé una decisión de vida importante. Yo decidí que no me iban a gustar los mismos tipos que les gustaban a mis amigas. Decidí que yo iba a escoger al weird, awkward looking--todos estábamos atravesando la pubertad, unos más gracefully que otros--smart, interesting friend. La mayoría de mis amigas eran unos hiper mujerones a esa edad y yo era igualita a lo que soy ahorita, pero con la nariz más grande, las piernas más flacas, menos cintura y menos tetas. Hubo balance durante esos años. Los que estaban buenos con las que estaban buenas, los inteligentes con las inteligentes. Los buenos bailarines con las buenas bailarinas... hasta que descubrieran a las amigas que estaban buenas. 

Después de eso, la vida fue más fácil. Cuando dejó de importarme cómo me veía yo y cómo se veían ellos, todo fluyó. Tuve dos novios y medio que estaban buenos en el sentido estricto de la palabra. Uno de ellos a los 15, otro a los 17 y otro era un cabrón que ni siquiera fue mi novio pero fue una relación muy larga y muy bonita al principio. La diferencia estuvo en que a mí no me gustaron porque estuvieran buenos. Me gustaron porque eran, creía yo, buenas personas que estaban genuinamente interesadas en mí y en lo que yo tenía que decir. 

De resto, soy famosa por tener el gusto en el culo. 

Los hombres con los que he salido han sido generalmente feos. Bueno, feos para el colectivo indeterminado La Gente También Conocida Como Mis Amigas. Bellos para mí, que si a ver vamos, es la que importa.  ¿Por qué? Porque normalmente son carajos que tienen cosas en la cabeza. Tienen profundidad, son inteligentes, cómicos, buenos bailarines, buenos conversadores, simpáticos, adaptables, ingeniosos, profundos, mal intensos o como sea que me gusten ahorita. 

Hoy, 12 años después de tomar esa decisión, entiendo por qué lo hice. Primero, yo necesito sentirme retada intelectualmente en una relación y la gente que no entra en los patrones de belleza impuestos por la sociedad tiende si no más inteligente, por lo menos más culta. Segundo, por los feos hay menos competencia. Tercero, los feos son gente más noble. 

¿Qué pasa con esta decisión? Que hoy me di cuenta de que me mandé a joder. Mosca: COMO LOS FEOS SON MÁS INTELIGENTES TE PUEDEN JODER PEOR. Sí, yo también me fui de boca cuando caí. Por eso es que me han hecho tanto daño, por eso es que vivo atormentada, por eso es que me han hecho tan infeliz, por eso es que me han dolido tanto cada uno de los fracasos. 

Del hombre que está bueno te lo esperas. Te esperas que sea un perro, te esperas que sea un coño de madre, te esperas que se porte mal porque, después de todo ¿no es eso lo que ellos hacen? ¿No es eso lo que me llevó a fijarme en otro tipo de hombres para empezar? En cambio, del hombre que no está bueno te esperas que se de con una piedra en los dientes y que nunca, nunca, nunca, te deje ir porque él sabe que va ganador. Sabe que coronó y que eres lo mejor que le ha pasado. Él sabe que tú eres demasiado camisón para Petra, entonces se esmera en mantenerte feliz. ¿Cierto? ¡Falso! Todos los feos me han dejado en la lona. De algunas salí lonas llena de sangre; de otras, solamente amoreteada. Pero jodida al fin. 

Entonces, de ahora en adelante me voy a fijar más en los tipos que están chéveres. Técnicamente, si están chéveres deben ser hombres súper shallow. Si son shallow, no deberían poder joderme de maneras profundas que me marquen o que dejen cicatrices. Debe ser más fácil curar un rasponcito que una estaca atravesada en el corazón. 

¿No?