Mi mente puede obligar a mi cuerpo a hacer vainas que nunca pensé posibles

Me siento como un monje tibetano. Perdón, soy más arrecha que un monje tibetano. Hoy se cumplen 30 días de promesa de no tomar. Le prometí a Dios que iba a dejar de tomar por treinta días para que me cumpliera algo que mi familia necesita con urgencia. Ya hice mi parte y ahora Él hará la suya. La primera semana fue horrible. Ya soy una dura. Una dura durísima. 

Mientras mis amigos y amigas y culos y arrejuntes tomaban vodka, ron, whisky, shots de colores y canelita yo tomé aguakina con limón, pasó a ser el opio de mis masas. Te voy a extrañar, ¿ok? NOT! 

Quién iba a decir que una self-proclaimed borracha como yo iba a poder dejar de tomar tanto tiempo?!  La última vez que pasé un mes sin tomar fue en 2007. Estoy contando, sí. Es que yo empecé a tomar burda de tarde, pero una vez que empecé acababa el trapo como si me pagaran por eso. Me sorprende haberlo logrado. Estoy muy orgullosa de mí. La mejor razón es que cuando de verdad se quiere, es posible no caer en la tentación. 

Es más, alguien debería pagarme por eso. Especialmente ahora que la venganza será dulce. 

Lo único que no extrañé de tomar fue el ratón. Todo lo demás, el sabor, el olor, el uso como lubricante social, la valentía, el photoshop, el terminar analizando la vida, las peas lloronas, la risa infinita, todo. Lo extrañé todo. 

Toooodo menos, como ya dije, pararme con dolor de cabeza y ganas de vomitar. 

Eso es lo bueno de retarte y probarte. Ahora que llegué al final de mi meta, todo me parece fácil. ¿Que tengo que hacer tres horas corridas de TRX? Dale, pásame las pesas. ¿Que tengo que hacer cola un viernes sin cigarros? Voy de Altamira a la UCAB en 3 horas, plomo. ¿Que te arme las carpetas CADIVI? Pasa la pega de barrita y la tijera. ¿Que tengo que calarme una cadena de Chávez? Pásame los audífonos y súbele el volumen, reina. 

Con Dios todo lo puedo, sí. Eso es verdad. No tomar por un mes era más pelúo que ganarse el Oscar y mira tú, pasé con flying colors. O sea que el Oscar no debe ser tan complicado tampoco.