viernes, 26 de julio de 2013

Microcuentos improvisados porque estoy haciendo un taller de improvisación y soy terrible, debo practicar

Este post se escribió sin borrar. 

Había una vez una princesa que llegó a la tienda de príncipes. Como no consiguió el azul, se llevó uno verde que ni siquiera era de su talla y vivieron normales para siempre. 

Había una vez un cochinito que quería cocinar pero se murió de hambre porque lo único que consiguió para freír era manteca Los Tres Cochinitos y tampoco era tan rata. 

Había una vez una flor que quería tener una amiga abejita. Cada vez que una abejita la usaba para polinizar la flor se ponía muy triste. Un día, deseó que más nadie más nunca la usara así de feo. Un niño la arrancó y se la regaló a su mamá. Moraleja: careful what you wish for. 

Había una vez Antonio jugando basketball en su colegio. De repente, su compañero peló el pase y Antonio tuvo que salir del gimnasio y bajar por las escaleras a buscar la pelota. Cuando llegó a PB, vio a su profesora de matemática besando al papá de Javier. Ese año Antonio eximió matemática. 

Había una vez un clóset lleno de ropa. En un golpe de estado una bala atravesó el closet de pared a pared y toda la ropa se murió. 

Esos cinco salieron de una...

La caperucita caminaba por el bosque. Cuando vio al lobo se escondió atrás de un arbol, donde un hada madrina estaba durmiendo. El hada madrina le pidió perdón por confundirse de cuento y le dio una espada para que matara al lobo. La espada era tan pesada que aplastó a la caperucita. 

Minuto estaba esperando a su amigo Minutico pero justo antes de que éste llegara, Minuto se murió. Nunca coincidieron. 

Una vela estaba prendida, pero tomó agua y se le pasó un pelo. No tomó más en toda la noche porque tenía que manejar. 

Siento como si hubiera presentado el CNU. No puedo seguir pensando. 

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