lunes, 5 de agosto de 2013

Working actress is on the verge of an emotional breakdown

Yo dejé de fumar porque le prometí a Dios que si me daba el papel de Red en una obra que se llama Red/Wolf dejaba de fumar. A la media hora de mi promesa, sonó el teléfono y me dieron el papel. ¿Por qué esta obra es tan especial? Porque era una obra que se iba a presentar en Nueva York, ¿sabes? ¿Mi ciudad, Nueva York?

Hoy el director me contó que la obra se pospone, que no nos vamos a presentar en noviembre en Nueva York y ya. Así. No lloré enfrente de ellos, no soy tan estúpida. Pero no he parado de llorar ni de pensar en prender un puto cigarro que es lo que siento que quiero, que necesito y que me merezco. No hay cosa que quiera más en el mundo que fumar. No lo he hecho, pero quiero fumar. No haber fumado a esta hora sólo significa que ya no soy fumadora. O que me da demasiado miedo que si fumo de repente no sólo se pospone, sino que se cancela.

Que arrechera. Que tristeza y que amargura me da. ¿De qué religión tiene que ser una para que las cosas le salgan bien coño de la madre?

2 comentarios:

  1. Marica no sé como lo haces, dejar de fumar debe ser lo más horrible de este mundo. pero keep going!

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