Primero, hay que contar lo bueno, porque es más corto y porque me hace sentir como una optimista aunque ya ese efecto haya pasado.
Al principio de la cuarentena, me autoimpuse un sistema implacable de actividades para no perder la cabeza. Dividí mis tardes en bloques de 45 minutos, con actividades para nutrir cuerpo, mente y alma. Cursi pero balanceada, bitches.
Mi rutina diaria después de terminar de hacer todo para Caracas Chronicles era (es) así:
1. Nike Training Club
2. Repasar mandarín
3. Saltar cuerda
4. Francés con mi nuevo roommate que es francés
5. Ballet, tap o guitarra
6. Facemask o algo cotufero pro-embellecimiento y shower
7. Leer o estudiar algo que me haga mejor actriz o escritora
8. Leer cualquier cosa de ficción for as long as I fucking want
Empecé con este sistema hace exactamente 16 días. Hace dos días, se cayó el sistema, it crashed like Banesco de Plaza Venezuela un viernes 15.
Estas ocho cosas fueron específicamente pensadas para combatir el ocio, para no darle tiempo a mi cabeza de pensar y de entrar en el hueco. Me prometí que iba a tener una cuarentena productiva y que iba a salir de esta siendo una mejor mujer, una mejor actriz y de paso estar buenísima. Quería salir de la cuarentena como Leopoldo de Ramo Verde.
Tuve una hora y quince minutos de ocio a la semana, aproximadamente. Los jueves en la noche, cuando salen los nuevos episodios de Brooklyn Nine-Nina y de Grey's Anatomy. I was holding myself to a very, very high standard, porque me conozco y sé lo que me puede pasar y lo que soy capaz de hacerme cuando estoy sin oficio. Lo que puede pasar es que me convierto en Lindsay Lohan del subdesarollo de noche, muertapordentro en mi cama de día.
Yo no sé por qué soy así, yo no sé por qué soy de extremos. Pero con la madurez, he entendido cómo combatirlo y cómo obligarme a ser productiva, estaba aplicando ese conocimiento para no sentarme a esperar la muerte en mi litera, no porque no me quiera morir, sino porque de verdad prefiero morirme de coronavirus que morirme en una litera de comuna hippie rodeada por las bolsas vacías de Doritos que se le caen a la que duerme en la cama de arriba, coronavirus sería más digno.
No exagero cuando digo que solo tengo dos modos, solo funciono de dos maneras, diametralmente opuestas: Modo Hermione y Modo Muerte.
Me preocupa que gano mucho menos de sueldo mínimo, me preocupa que me botaron (por primera vez en mi vida, me botaron de un lugar pero ya lo superé y lo entendí como reducción de personal) de uno de los tigres que mataba online a los dos meses de haber llegado aquí porque ya no tenían plata para pagar una traductora, me preocupa que mi último trabajo como actriz haya sido hace 29 días, el 4 de marzo, me preocupa que gasté la plata que me quedaba en irme a Miami a hacer Cuatro maneras de quererte, me preocupa que no me quedan ahorros, me preocupa que en Estados Unidos enfermarse es carísimo y la pandemia llegó y llegó arrecha, me preocupa la ignorancia y la ligereza de las autoridades americanas y los gringos en general. Me preocupa que si en serio cae el tirano, no voy a tener plata para comprarme dos botellas de champaña porque tengo las tarjetas de crédito hasta el culo y se me acabaron los ahorros en serio. Los Angeles es carísima y de cajón que vale la pena cada centavo. Hice que esos 4.000 dólares rindieran ocho meses, pero sencillamente no tengo el músculo financiero. No hice maromas, hice milagros.
Los números en Hollywood son muy lindos y siempre vienen acompañados de tres ceros en adelante... más adelante. Cuando estás empezando, como yo, porque me tengo que recordar que aquí yo estoy empezando, te pagan cientos de dólares por los comerciales y las series y las minipelis. Así es Hollywood, en números. Gastas miles de dólares, ganas cientos de dólares. Math is math. Yo entendí rápidamente que en Estados Unidos hay que hacerlo the American way: thoughts, prayers and credit card debt pero ya no es sostenible. Para poder pagar las tarjetas de crédito necesitas que entre plata también, duh.
No sé cuándo voy a volver a trabajar, y no me deja dormir, pues.
Me preocupa que mi visa expira y voy a perder unos meses muy valiosos después de todo lo que me costó conseguirla. Me preocupa que no sé cuándo se va a reactivar la industria, pero sé que cuando se reactive va a ser muy lento. Me preocupa que me boten de la casa porque no sé cómo pagar alquiler.
Me preocupa que cuando finalmente Venezuela sea libre no voy a tener champaña para echársela en la cara a la única roommate mamagüeva que tengo, que idolatra a Bernie y a la mediocre de Alexandria Ocasio Cortez, que ha hablado de un U.S.-backed coup en Velezuenah (juro por mi madre que lo pronunció así) y que ha tenido las bolas de defender el socialismo en mi cara. Por supuesto que le he gritado, por supuesto que le he dicho bruta y se lo merece. Es esa gente que no matas porque sabes que si la matas te deportan. Solo por eso.
Hago la aclaratoria brevemente: a esta mamagüeva no le digo mamagüeva por socialista o por bruta, sino porque he tenido roces serios con ella. Un día, de la nada, me dijo en mi cara, sonriendo como si fuera inocente, "like, I don't understand why you're like doing so well here." Yes, she's one of those, no sabe hablar sin decir "like" cada seis palabras. Le respondí que I was doing really well porque no me meto ácido a las cuatro de la tarde un martes como ella. Es como de estas feministas socialistas veganas taciturnas woke a juro, pero cada vez que se rasca (es decir, todos los días) se come una hamburguesa a las dos de la mañana. Aquí son las 11:33 am. La jeva ni se ha despertado.
Hermana, cuando usted deje de ser una floja, una hipócrita, una drogadicta y una vaga, yo le explico cómo hacer para que le vaya bien en Hollywood. Antes no.
Minuto de odio is over, solo necesitaba drenar. Seguimos.
Los primeros trece días de cuarentena entendí que había dos maneras de salir de la cuarentena: rodando o como Leopoldo de Ramo Verde. I was committed to la segunda. Me pegó en el ánimo y en el espíritu. El detonante fue una estupidez. En la comuna hippie donde vivo, hay amenities como gimnasio y self-tape room: no son más que estacionamienticos convertidos en esas cosas y el martes nos dijeron que ya no los podíamos usar. El gimnasio lo estaba usando para las fases Cuerpo de mi sistema (bailar, saltar cuerda y NTC) y ahora ya no tengo eso que me mantenía centrada y tranquila. Obviamente puedo usar el patio, obvio que hay soluciones pero cuando tu vida la haces en 200 mts cuadrados que compartes con once personas (sí, once, y eso que se ha ido gente) ese espacio y ese momento de paz y soledad es muy valioso.
Hay mil maneras de superar este crisis, pero por ahora es una crisis. Yes, the only way out is through.
Hace mil años en Venezuela, una comediante que quiero mucho decía que cuando una mujer estaba triste solo había un lugar que podía hacerla feliz: Farmatodo. Bueno, Target es el Farmatodo de esta mujer triste y acabo de aprovechar que no hay alimentos no perecederos en mi área y me fui corriendo hasta allá. No había quinoa ni arroz integral ni pasta (PTSD veneco alborotado, por supuesto) pero compré unas pesitas de esas que se amarran con cierre mágico en los tobillos, las últimas siete bolsas de quinoa con arroz integral que se cocinan en el microondas, masa para hacer galletas y un potecito para guardar el jabón porque el mío desapareció antier.
Corrí hasta Target (buen tiempo, 40 mins) y mientras decidía cuál color de potecito llevarme, me distraje porque todavía tengo un chip socialista y la variedad me confunde, tener opciones me confunde. Me puse a leer si un paquetico de wipes me podía proteger del coronavirus y de repente un tipo bello, no, eso no le hace justicia, un tipo beeeeeeellooooo con sus scrubs azulitos de doctor me dice: "Esos no te van a proteger de nada, por si acaso". What? Aquí fue niñitas, este es el meet cute con el que comienza la comedia romántica de mi vida. It's happening, it's finally happening. Amigo, protégeme tú! Ya que andas opinando, pues. Me dijo tres vainas más que no recuerdo porque estaba muy chévere y me embobé y se fue.
Target was supposed to be a happy place. It kind of was, in a weird way.
Todo va a estar bien, pero está bien si hoy no. ¿No?
We’re all like you! Y bueno siempre he preferido blogs que instagram haha
ResponderEliminarAca te dejo el mio
eezzzkarol.wordpress.com
Oh Nina, no estás sola en esto. Cuando el sistema crashea se busca el error y se reprograma.
ResponderEliminarMe encantó volver a leerte.
Fuerza y ánimo. ¿Se puede rendir Hermione? Claro que no. Se le podrá alborotar el pelo, pero no se rinde.
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