Lo primero que hay que saber es que no me gusta que me digan Uva desde hace como siete años. No puedo culparlos, it caught on pero no me gusta.
Respondo la pregunta o alguien que estaba "navegando la web"--> bien pava yo, y llegó a mi blog buscando ¿por qué a Nina Rancel le dicen Uva? La historia es menos cool de lo que me gustaría, eso sí. Me dicen Uva porque a los quince años, en el acto de rebeldía más estúpido pero menos significativo de mi adolescencia me pinté el pelo de morado.
Eso sí, I couldn´t commit to that single color and/or ruin my precious hair forever decolorándolo, entonces me lo ponía como champú. Me restregaba un poquitico de Jean Color magenta en las manos y me lo pasaba por el pelo. Repetir hasta gastar la mitad de la botella. Me iba a dormir así con un gorro que estoy casi segura que era de Hello Kitty y al día siguiente, taaaaraaaaan, pelo morado a mi servicio. Eeeevidentemente así no podía ir al colegio, entonces me lo pintaba en ocasiones especiales. Puentes, vacaciones, días feriados.
Otro pequeño detalle era que como no estaba decolorado y el color no se pegaba como debía al pelo, pues iba destiñendo y destilando morado a donde quiera que iba. Los cuellos de las camisas, las fundas de las almohadas, las manos, las gorras, los pañuelos (oh sí, usaba pañuelos de bacterias buuuurda), las toallas y la cerámica del baño, el cuello, las cintas del colegio (esa nunca la entendí) toooodo tenía manchas moradas. Como watermarks pero moradas y de tinta. Un desastre, de verdad.
El hecho es que una vez me pinté el pelo de morado y me fui con mi guitarra a estudiar francés por seis semanas al único pueblo de Francia que nunca ha salido en una película. Como todos acá sabemos, yo soy una fashionista y por supuesto, me vestí para combinar con mi pelo morado. Camisa morada, correa morada, bandana morada de bacterias y blue jean, porque de ese color no tenía.
Un dominicano en dijo que parecía una uvita a varios de sus amigos dominicanos. Estos amigos dominicanos se tripearon el comentario y se empezaron a referir a mí como Uvita. Se sentaron a tocar guitarra con nosotras y el resto es historia. Lo de la guitarra fue lo que nos hizo a mi grupo de venezolanas las más populares internacionalmente en la escuela. El hecho de que la otra parte de los venezolanos fueran unos comemierdas tuvo poco que ver. No había extranjero que se resistiera a nuestra simpatía y carisma cuando tratábamos de tocar o cantar canciones que ellos se supieran. Yo era malaza y ellos eran todos sordos. Muy buena combinación.
Fui Uvita para 30% de mis conocidos hasta que entré en la universidad. Los demás me decían Nina o Rancel, como siempre. Cuando empecé a estudiar Comunicación, decidí que era hora de crecer. Ya estaba en la universidad, por Dios. Ya no era Uvita, era Uva. Los diminutivos no eran de universitarias, por favor. Me gustó que me dijeran Uva hasta que cumplí 21 años. Lo asocio además con la etapa más fea y vergonzosa de mi vida. Durante The Great Guayab solamente me reunía con gente que me decía Uva. De más está decir que we were very unhappy y que no puedo evitar asociar pues.
Todavía mucha gente me dice Uva, pero me da demasiada flojera decirles que no me gusta que me digan así, tienes que dar toda la explicación e igual hay siempre estúpidas que te van a seguir diciendo Uva sólo para que te arreches. Y no me arrecha, pero prefiero Nina y prefiero no aclararlo porque me da flojera.
Todos tenemos "cositas" que no queremos recordar ni que no los recuerden.
ResponderEliminar