Que Viva La Libertad de Expresión

La nueva novia de mi ex novio, del guyabo de mis guayabos, es una puta. Sí, Bea. Es esa puta. Eso creo que va a ayudar a curarme en salud. Porque si el hombre que amas se empata con una puta, pues que se joda. No, en serio: es más puta que una gallina, extremadamente fea (aunque tiene mejor cuerpo que yo, X), se maquilla malísimo (yo no me sé maquillar, pero prefiero no saberme maquillar que maquillarme horrible) y tiene un papá neonazi... ¡cualquier vaina! No voy a decir su nombre, porque mi mamá, me dijo que lo borrara. El post estaba escrito con nombre y apellido y aparentemente es una bajeza. Oki doki. Nunca he sido ni noble ni una buena persona, no entiendo por qué estoy empezando ahora pero cualquier vaina también. Asumo que me gané unos puntos en el lado de buen karma de las columnas.

Espero que no me juzguen por esto. Sé que prometí no volver mierda a las mujeres en mi blog anymore. Sé que me prometí a mi misma no quererlo más. Lo sé. Pero por eso mismo, el título del post es el que es, no es otro. Como me acaban de decir, "pa´los pendejos no hay gloria, ni pa las putas memoria." Espero que repetirme frases así día y noche ayude, porque ya no sé qué más hacer.

De ahora en adelante voy a jugar a castigarlo con el látigo de mi indiferencia, para que cuando le monten cachos o le peguen algo o todo de lo que seguro tiene la reputa esa (de nuevo, con el perdón de las trabajadoras sexuales del mundo que necesitan trabajar así para poner comida en la mesa), venga llorando como el huevete (de huevón cuando se usa para denotar a alguien bobo) que es y pueda sufrir él como he sufrido yo.