Me gusta mi vaso de Wonder Woman, al que le perdieron la tapita en mi casa al mes de haberlo traído.
Me gusta usar el mismo vaso porque nunca tengo que fregarlo.
Me gusta fregar.
Me gusta comer torta o ponquecitos.
Me gusta ver a Zidane (mi perro) dormir.
Me gusta despertarme de las pesadillas.
Me gusta que ya no son frecuentes.
Me gusta dormir con muchas almohadas.
Me gusta la gente que tiene la mirada más bonita que los ojos.
Me gusta la gente de mirada transparente.
Me gusta cuando dicen buena vibra, pero yo me siento demasiado ridícula diciéndolo.
Me gusta ver a mi mamá hablando por teléfono.
Me gusta caminar por toda la casa cuando hablo por teléfono.
Me gusta cambiar de posición mil veces cuando leo.
Me gusta ver cosas que he hecho y sentirme orgullosa.
Me gusta trabajar.
Me gusta dormir hasta tarde.
Me gusta comer Zucaritas.
Me gusta con tres gotas de leche y un cambur, si hay.
Me gusta más el arroz a la marinera que la paella.
Me gusta escribir con lápiz.
Me gusta revisar Coursera.
Me gusta salir de mi casa caminando, si no voy muy lejos.
Me gusta la gente que no se pone sombreros.
Me gusta no tener canas.
Me gusta ya no ser tan acabatrapo.
Me gusta skypear con mis amigas que viven fuera.
Me gusta estar horas en FB chat.
Me gusta revisar Twitter compulsivamente.
Me gustan los Converse, el menta, las camisas de mariposa, los leggins de cuero, la camisa de flores que me compré en Miami con encajitos en la espalda y la combinación blanco y negro.
Me gusta corregir la ortografía.
Me gusta pelear por cosas de ortografía y gramática.
Me gusta escuchar salsa y merengue y algún merengue-tón que se deje colar.
Me gusta deslizarme en medias todo el día.
Me gusta mi nuevo spot de escribir.
Me gusta el reto que se me acaba de ocurrir.
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