Han pasado muchas cosas desde que escribí por última vez en este blog. En este post no voy a hacerle justicia a ninguna, pero sí necesito resumir.
Es raro, es la primera vez que tengo ganas de escribir en el blog en meses. Es raro haber vuelto, pero me parece más raro todavía haberme ido. ¿Te acuerdas cuando no podías vivir sin bloggear? ¿Te acuerdas todo lo que le debes a este blog?
Traidora, marica.
Es que I am a grown up, ya. Este blog tiene casi 10 años activo y me imagino que en 10 años la gente tiene que cambiar, ¿no? You become wiser, digo yo. Not wise enough to drop Tinder y dejar eso así, pero sí, wiser en algunas otras cosas digo yo. No exponerte tanto, puede ser una.
Es una de las cosas que entendí hace poco, sobre Instagram. Es la razón por la que yo nunca tuve 2983742837483 followers en Venezuela. Instagram es para la imagen y yo prefiero ser reconocida por mis ideas. Obviamente algún día me sacaré las espinas y empezaré a hacer todos los videítos que he dicho y escrito en las notas del teléfono, pero not my time.
Desde la última vez que escribí en el blog me enamoré dos veces, me desencanté una, fui traicionada por un huevón que me revisó la computadora, le escribí mil veces borracha, dejé eso así, viajé a Bogotá, me mudé a Bogotá, traduje 6 guiones, no escribí el mío, viajé a Chicago y fui a cinco matrimonios entre junio y julio solamente.
Me desenamoré una y necesito desenamorarme la otra. Ya basta. Ya fue. Ya, Nina, ya.
También desde que escribí por última vez aquí, me he ganado tres premios. He escuchado a gente que respeto y admiro felicitarme por mi trabajo. He escuchado a desconocidos llorar porque yo lloraba y he visto a gente conmovida y emocionada con lo que vieron en la pantalla. He escuchado a salas enteras de extranjeros reírse con un chistecito súper cool del corto y a una sala full en Alicante morir de la risa cuando les dije que estaba desempleada y que me contrataran.
He llorado casi todos los domingos, eso no cambia. Ah, paja, menos el domingo pasado que no lloré porque sabía que me iba a mi casa al día siguiente.
Me he mandado pocas peas pero he amanecido destruida de los ratones. Sólo dos veces, ayer que fue absolutamente desproporcional y el día del matrimonio de R. que me quería arrancar la cabeza cuando amaneció. Qué bolas que ahora me da ratón sin amanecer, tres vinitos antes de las 12:00 am es todo lo que hace falta para despertarte con un ligero pero insistente dolor de cabeza.
Cumplí 31 la semana pasada, por cierto.
La mejor parte del año no fue Alicante, no fue Baruta, no fue Chicago, no fue Bogotá. La mejor parte del año es que en mi vuelo vía NYC en abril, ese lunes en ese vuelo de Dynamic yo entré al baño y sobre el lavamanos había como tres bolsitas ziplock de las más chiquiticas, con fajitos de billetes adentro y por mi cabeza ni pasó agarrarlas. No hubo ni un segundo de duda, de hesitation, momento diablito-angelito, nada. Eso no era mío, punto. En todo lo demás no sé pero mis papás en eso no la cagaron. Las bolsitas eran de colores, como magenta, nunca había visto ziplocks tan chiquitas de colores.
Y si alguna vez he robado un yesquero o bolígrafo sin querer, perdónenme. Obviamente hablo de yesqueros y bolígrafos baratos de kiosko, duh.
He tenido que aprender a decir esfero y encendedor, no bolígrafo y yesquero. Pasé dos meses negada. Dos meses diciéndole como les había dicho toda la vida, pero me cansé de corregirme, de explicar. Me adapté. Me adapté para sobrevivir y para no andar lost in translation. ¿Eso me hace una traidora a la patria? Espero que no.
I am trying to be stronger than I am. I am not, yet, but I am practicing.
Soy Dora La Solfeadora y tuve una maestra por una clase en BDC que me felicitó y me dijo que "you obviously know some music too." Lloré como una loca y le mandé el video a mi profe de canto por whatsapp y luego a mi profe de música con un correo enorme dándole las gracias. Saqué 17 en Solfeo, que para mí es 25 porque sentía que estaba estudiando 25 horas diarias. Lo logré, ¿entienden? Y con excepción del stand up nada me había parecido tan difícil como la música.
He dejado de fumar 17 veces desde que empecé a fumar de nuevo. Je regrette rien. Me calma. El que no sepa lo horrible que es ser esclavo de un vicio, no opine, por favor.
¿Cómo voy a poder con Bogotá si no puedo ni dejar de fumar? Paja. No quiero dejar de fumar, punto. Cuando quiera, lo dejaré. Mientras tanto pásame el Belmont bogotano que sabe a mierda y el ENCENDEDOR.
A veces no sé si me vine para perseguir el sueño de una mejor carrera o huyendo de él.
Estoy trabajando muy duro para tener los problemas que quiero tener: no tengo tiempo, estoy explotada de trabajo, perdóname por no ir, sorry hablamos luego, estoy destroyed, no he dormido nada, espero que el vuelo salga a tiempo, etc, etc.
Extraño a D'Artagnan todos los días. Viajé 25 horas para pasar 44 horas en Caracas, me da vergüenza confesar cuántas cosas importantes dejé de hacer (dermatólogo, ginecólogo, odontólogo) para poder pasar todas las horas posibles con él. Valió la pena cada segundo. Todas las personas que tienen perros tienen opiniones distintas sobre ser lamidos por sus perros. A mí, por ejemplo no me gustaba que D'Artagnan me lamiera la cara, aunque a veces, me agarraba desprevenida y ya. Cuando me vio el martes, me saltó, me brincó, me puso las patas encima y me tumbó del tiro, me lamió la cara y lo dejé. De ahora en adelante cada vez que lo vea lo voy a dejar. Una de las pocas cosas que sí quise bloggear fue como un cuentico sobre mi relación con mi perro llamado "Ella llegó llorando." No lo posteé porque no le hace justicia a Punchi.
He hecho amigos chéveres colombianos aquí. Casi todos hombres, casi todos standuperos. Una venezolana me jodió y estafó cuando llegué, eso sí. Tipo para que no extrañara tanto la patria. A taste of mamahuevismo criollo abroad, just enough to not get homesick. ¡Viva Venezooela, no joda!
Este fin de semana aprendí que el Efecto Guitarra es poderoso, existe y es peligroso sólo si el guitarrista en cuestión toca bien. Si no, es como meh! puntos por intentar pero vete a la mierda que cualquiera se sabe cuatro acordes de Maná. No me gusta la gente destalentada. No salgo con ellos, no les doy mi whatsapp, no son mis amigos, nothing.
Me imagino que es cero cool tener un blog todavía, pero eso nunca me ha detenido. Es cero cool no tener un choker de cada color de círculo cromático, pero de pana que ya yo anduve como una brujita de Charmed por la vida hace 15 años. Eso sí, de haberlo sabido no hubiera botado ni una sola pulserita y revendo esa vaina aquí en pesos.
Sigo siendo educada. No he empezado a jalar bola todavía a nadie que no se lo merezca. No soy polite con gente imbécil. Pregúntenle a Amy Schumer cuántas vainas ha dicho en toda su carrera para quedar como una jeva polite y diplomática. Yo no quiero trabajar en la ONU; marica, yo quiero agotar el Madison Sq. Garden. Obviamente el día que me vean siendo una maleducada pueden cachetearme, pero el día que me vean siendo hipócrita o jalabola, los autorizo para que me lapiden y crucifiquen.
Tengo blog, no uso choker, sigo fumando cuando no es cool. Ugh, je suis démodé.
Dejé a mis libros huérfanos en Venezuela. Mis libros, mi perro, mi casa, mi montaña, mi mamá, mi pitá, mi papá. Si dejas todo lo que eres en otro lugar, ¿quién eres? Esto ha sido lento y complicado, pero allá también lo fue. Espero que no me tome 30 años más estrenar una vaina en Colombia, porque el protector solar ha sido maravilloso, pero coño, no podemos pedirle que encima me photoshopee en la vida real.
I missed this. I missed you all.