lunes, 15 de julio de 2013

Los amigos circunstanciales

No sé distinguir entre la amistad y la amistad circunstancial. 

La amistad circunstancial no necesariamente es algo malo, no es una amistad por interés, no significa traición o deslealtad, no implica hipocresía ni maldad. Implica que dos o más personas son amigas porque una circunstancia las une, porque por un tiempo determinado tienen algo en común. E. mi amiga me explicó la diferencia y, hasta ayer, yo repetía como un lorito. 

Hoy lo entendí. 

Claro, en un caso en particular he podido buscarme una mejor que ella, pero no vi las señales. No sé qué pasó ni cómo pasó ni cuándo pasamos de ser amigas de jodas y chistes internos a ser la receptora de un odio que hasta donde tengo entendido es poderoso e implacable. Este caso es lo que le llamaríamos, full su peo. Asumo que él tuvo algo que ver.  Ninguno de los dos me afecta, a pesar de todo lo importante que él fue. Sería el colmo no hacer costra después de tantos años, opino. 

Muchos de los amigos circunstanciales los entiendes como tal en tu subconsciente. Ahí mismo te das cuenta, o bueno, algo en ti, se da cuenta de que es sólo por un rato, para cumplir una sola función. Para sacarte a pasear, para tomar contigo, para llevarte a restaurantes que de otra manera nunca hubieras conocido, para calarse todo ese peo en particular, para detestar juntos a su jefe, para chismear en la oficina, para comer torta marmoleada en el recreo, para darte consejos sobre un problema concreto porque ellos tuvieron el mismo, porque tenías que descubrir ese hobbie, porque te iban a presentar a un pana que terminó siendo el amor de tu vida, porque tiene hábitos más saludables que los tuyos, porque ve mejores películas, porque tienen rasgos que tus amigos de toda la vida no tienen y tú necesitas ... las opciones son tan diversas como numerosas. Los amigos circunstanciales son necesarios, son lo que es un secundario en un guión o en un libro: hacen avanzar la trama. Tienen información que tú no tienes, o sea que también funcionan como un mentor. Plantean una realidad o un escenario necesario para que el héroe aprenda, crezca, mejore, se desarrolle y logre o fracase en su objetivo. 

Me he rodeado de puros amigos circunstanciales que siempre fueron positivos. A todos les tendré cariño y los veré con emoción cuando yo haya logrado eso en lo que ellos me ayudaron. Eso quizás ha sido lo más importante que me han dado, la confianza ciega. También me enseñaron a desapegarme, poco a poco. Aprendí a no hacer un show por cualquier vaina. 

El problema viene cuando tú creías que eran amigos para siempre y eran circunstanciales, pero asumo que vuelves a la lección del desapego... espero que pronto. 

1 comentario:

Unknown dijo...

De acuerdo. Tuve una experiencia así, sólo que en plena etapa de necesitar la una de la otra, sentí que la apoyé en todo lo que pude y ella no a mí. Y vaya que este punto del desapego me ha costado bastante. Sí creo que me dejó una lección, solo que ahora cuando me llama pidiéndome favores me siento utilizada 🙃