lunes, 31 de diciembre de 2012

En 2012

Me botaron de Hot, pero terminé en el panel de Érika Tipo 11. Con lo de Hot, aprendí que nadie es imprescindible y que las ambiciones, decisiones, egos e intereses de los demás tienen efectos y repercusiones en mi vida. No todo depende de mí and I have made my peace with that. Aprendí que todo puede cambiar en el momento menos esperado. Aprendí a más nunca confiarme. Aprendí a no dar nada por sentado. Aprendí que tus amigos del trabajo, son del trabajo. Muchos de ellos van a pulir el puñal antes de clavártelo en la espalda como una leve cortesía, pero ya.  Aprendí que tengo suerte, porque hice dos amigas que conocí en el trabajo pero van a estar ahí siempre. Aprendí que hay un día que tienes que dejar de llorar y obligarte a pararte de la cama a echarle bolas. Aprendí que el hecho de que no quieras pararte de la cama significa que eso es exactamente lo que tienes que hacer. Aprendí que las ganas de llorar son controlables. Aprendí que el fracaso y la derrota son pasos imprescindibles para la victoria. 

En Érika Tipo 11 aprendí que para ser un household name, nada puede escapar de tu control. Aprendí que tengo que estar pendiente de todo, que tengo que trabajar y partirme el culo, que tengo que defenderme con diplomacia, que tengo que no tomármelo personal,  que tengo que ser responsable y puntual, que tengo que llevarme bien con quien produce, con quien limpia y con quien maquilla (eso ya lo había aprendido en el Mater, pero nunca está de más recordarlo),  que tengo que decicarle muuuuchas horas a escribir buenos chistes, que tengo que entender que a veces esas horas rendirán pésimos chistes, porque es humor y no matemática y no puedo autoflagelarme tanto porque un chiste--o todos--fue malo y que cuando uno quiere algo tiene que buscarlo. Lo mejor que aprendí es que hay que jugar para el equipo. Si ellos tienen mejores chistes, tienes que lanzarles la pelota para que ellos la bateen. Aprendí que hay dos tipos de mujeres: las que se vuelven mierda cuando tienen hijos y las que se convierten en unas mamis después de parir. Si yo llegara a tener hijos, quiero ser como las segundas. 

Hice mucho ejercicio. Me creé la disciplina, me convertí en una adicta a las endorfinas, me gustaron los resultados. Ví como el cuerpo me cambió y de pana me siento súper cómoda. Amé que el hecho de hacer ejercicio me diera la libertad que quiero y necesito para tragar sin remordimiento. 

Me metí en pole dance porque sabía que iba a ser buena y no me equivoqué. Aprendí que mi intuición es demasiado buena y siempre debo escucharla. Aprendí que bailar siempre debe ser parte de mí. En un tubo, en la sala, en una barra de ballet, en la regadera y bajo la lluvia. Hay que reconstruir el autoestima poco a poco, fue absolutamente a propósito.  

No me enamoré porque sabía que no podía, pero me sigo equivocando. Aprendí que a veces hay que hacer las cosas solamente porque puedes. Otras veces hay que hacerlas solamente porque quieres. Me sigo equivocando con él y voy a dejar de hacerlo el día que quiera. No será tarde. Es un error que es bueno para mí. Aprendí que cuando no tengo hombres rondando, soy mil veces más productiva. Aprendí que no hace falta ser novia de alguien para sentir genuino cariño. Aprendí que no me voy a conformar. Aprendí que cuando quiero, soy buena. Aprendí que ser mala con quien fue malo contigo es una obligación. Aprendí que seguir besando a alguien solamente porque siempre lo has hecho es una pésima idea y dejar ir eso te da una sensación de libertad y de plenitud sólo comparable con el día que Chávez pierda unas elecciones (o se muera). 

Dejé de tomar un mes. Aprendí que cuando de verdad me propongo algo, puedo lograrlo. Aprendí que mis vicios y mis defectos son tan grandes como yo los pinte. Aprendí que mi mente es mucho más fuerte que yo. 

Bloggeé poco pero escribí mucho. Aprendí que puedo controlar mis musas. No necesito tener un peo encima para escribir bien. Aprendí que me encanta aprender y por eso seré para siempre la niña de los cursos y los diplomados. Aprendí que soy buena dialoguista. Aprendí que sé conmover sin tener que recurrir a actuar. Puedo hacerlo escribiendo también. Aprendí que EL James es la escritora que no quiero ser nunca. Aprendí que puedo escribir ficción. Aprendí que puedo construir personajes femeninos fuertes  sin hacerlos exactamente iguales a mí. Aprendí que eso me genera alivio. 

Hice mucho stand up. Aprendí que me gusta tanto hacer reír como hacer pensar. Aprendí que mi miedo es más pequeño que la tarima. Aprendí que sí puedo, cuando no me autojodo. Aprendí que no puedo ir tan rápido y que tengo que respirar. 

Actué en muchos cortos. Aprendí que la promesa más importante es la que te haces a ti. Y que you have to keep it, no matter what. Aprendí que necesito trabajar en mis picos. Aprendí que lo que más necesito mejorar es la manera de llegar con la carga emocional de la escena 3 a la escena 4 aunque la 3 se haya grabado hace tres días. Aprendí que debo trabajar en hacer emocionalmente lineal un cortometraje que no se grabó así. 

Planché una chaqueta. Cociné un salmón. Aprendí que ser una mujer es chévere y que no soy vieja.

La(s) Palabra(s) de 2013

Conseguir la Palabra del Año es una tradición que cada vez se hace más fácil. Quizás es porque con la madurez obtenida, cada vez me conozco más y sé qué necesito. Normalmente, la palabra del año es una sola. Es el súperobjetivo y alinea todo lo que va a ocurrir por los siguientes meses. Nunca había empezado el año con, excuse me, no una sino dooooos palabras.

La primera palabra es Confía.

Este año fue muy duro para mi autoestima. Nunca me había sentido tan insegura como en 2012, nunca me había creído tan poquito, nunca me había sentido tan perdida en una tarima, nunca me había visto fracasar actoralmente, nunca había tenido tanto miedo, nunca había desconfiado tanto de los talentos que antes de 2012  daba por sentado. Mi talento alimentaba mi esperanza y sentirlo perdido me dejó en la lona en demasiadas oportunidades.

Como consecuencia de esto, 2013 será para recuperarme. Trabajaré en mi confianza y en mi autoestima un día a la vez, como hacen los alcohólicos. Confía 2013 puede generarme beneficios incalculables y por eso voy a reconstruir lo que dejé que me rompieran en 2012.

La segunda palabra es Ejecuta.

Ya me asumí, ya me enfoqué, ya me comprometí. Ahora sólo queda sumarlas y hacerlas. No ver las cosas como imposibles, no echar a perder el camino recorrido porque me da flojera o porque me da miedo o porque no lo creo posible.

Todo lo que diga, lo voy a hacer. Todo lo que escriba, lo voy a publicar. Todo lo que escriba, lo voy a producir. Todo lo que piense, lo voy a anotar. Todo lo que planifique, lo voy a llevar a lo tangible. Todos los cursos, los pondré en práctica. Todas las cosas que alguna vez me han inspirado, serán representadas y les haré justicia. Las cosas no caen del cielo y para eso tengo que vencerme. Este año, dejaré de ser mi peor enemigo.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Falsas trabajadoras sexuales sin criterio ni estándares

–Es súper puta, me la estoy cogiendo.
–­­¿Ah?
–Que es súper puta, me la est…
–No, no, yo entendí.
–¿Entonces?
–Pero qué ¿le pagas?
–¿Estás loca?
–¿Tiene novio?
–¡No!
­–¿Entonces? De pana que no entiendo.
–¿Qué no entiendes?
–No entiendo por qué soy tu amiga.

Ayer tuve un intercambio por Whatsapp con un pana y me dejó fría. Él no solamente se la coge, no solamente dice que se la coge sino que además, para más inri, ¿le dice puta porque él se la coge? No entiendo.

Hay muchas razones por las cuales una mujer puede acostarse con un hombre. Ser puta es una de ellas, pero para decirle puta con propiedad tú tienes que haber hecho un negocio con ella. Si ella se acostó contigo y tú le pagaste, es una puta. Ojo, a ella no se lo puedes decir en su cara. De hecho, deberías usar en todo momento el término políticamente correcto. Hay varios, pero “trabajadora sexual” es mi favorito.  Puta es la que recibe dinero por tirar.

Puedes decirle hija de puta a tu novia, si se acuesta con alguien más. No pongas esa cara, todos sabemos que tu suegra y tú se odian. Puedes decirle perra a la chama con quien sales porque le cachaste unos mensajitos cuadrando con otro. Yo sólo te diría que dejes de ser tan inseguro, no revises los celulares de otras personas. Puedes decirle fácil a la que dejó al novio coriendo para meterse en tu cama. Puedes decirle bicha a la que te chuleó todo el viaje y después terminó acostándose con tu mejor amigo. Yo aclararía que él es un bicho también, mosca. El punto es que un caballero de los que de verdad nos gustan, uno de los que de verdad vale la pena,  no puede decirle puta a ninguna mujer a quien no le haya pagado por tener relaciones sexuales. El término es incorrecto, inmerecido y peyorativo.  A menos que la alternativa sea señora, en mi caso, pero ya eso sería otro tema.

Si ella es una puta, ¡¿qué eres tú entonces?!

Lo que va más allá de mi IQ es decirle puta a una mujer porque se está acostando con alguien. ¡Perdón, esto es todavía peor! Decirle puta a una mujer porque se está acostando contigo es de muy mal gusto, como un vestido rosado con borlas de oro puro y cristales impronunciables de quinceañera boliburguesa.

Hay muchas razones por las cuales una mujer se acuesta con un hombre. Porque puede, porque cree que así te vas a enamorar de ella, porque necesita vengarse del ex, porque le rompieron el corazón, porque es chévere, porque le caes mal, porque le das lástima, porque no puede separar el amor del sexo, porque no había mejor plan, porque no es ingrata y le diste la cola, porque no quiere pensar, porque quiere empatarse contigo y cree que esa es la manera, porque le dijeron que era malo, porque le dijeron que era bueno, porque está estrenando un sostén nuevo, porque se siente linda, porque se siente fea, porque se quitó 10 kg, porque siempre le has gustado, porque te ama y no se ha atrevido a decírtelo, porque no quiere nada serio, porque quiere casarse, porque le gusta empiernarse y no tiene con quién, porque el novio le estaba montando cachos y ella no va a quedarse atrás, porque la pusiste celosa cuando empezaste a salir con esa, porque ya no eres gordito, porque le duele el vientre y tener relaciones mejora el dolor… y porque quiere.

Por qué quiere contigo es lo que no entiendo.   no  vientre y tener relaciones zaste a salir con esa, porque ya no eres gordito, porque le duele el vientre y tener relaciones

viernes, 21 de diciembre de 2012

Confesión # 78

Soy quien soy por los libros que he leído. No por los que he dejado de escribir.

Hay una razón por la cual Chechi y Daniel no se siguieron publicando. Alguien estuvo interesado en comprar esa historia. ¿Soy una vendida? No. Siempre he querido publicar un libro y esa historia es lo más cercano que tengo a un libro más o menos bueno y más o menos terminado.

La verdad es que decidí no publicar con ellos porque me estaban ofreciendo tres lochas. Prefiero seguir escribiéndolo como recreo para el blog. La gente lo lee gratis y yo lo termino de escribir sin presión. Si eso genera suficiente revuelo como para ride that wave y publicar libros sobre temas contundentes e importantes como los retortijones de los unicornios, so be it.

Acabo de terminarme un libro de esos que te cambia como mujer y parte tu vida en dos. Es la mejor sensación del mundo.

Las mejores cosas que me han pasado en la vida han sido consecuencia de los libros que me he leído.

El primer día de snowboard comí nieve como pocas. Mis hermanos y primos se burlaron tanto de mí que me metí en snowboard school.

A partir de mañana I´m gonna be snowboarding in circles around them.

Soy la única psycho que pide un Caramel Frapp en Starbucks a 2º C.

Soy tan tan intensa y estoy tan pero tan convencida de que ésta es la vida que quiero y merezco tener, que en lo que postee esto me voy a Starbucks con la laptop a escribir allá.

Sólo porque puedo.

Quiero confesar que puedo no pensar en ti pero me gusta hacerlo.

Seguir esperando el grand gesture de quien nunca lo tendrá es una buena manera de perpetuar mi propia miseria and fuel my creative spirit.

O sea que no solamente sufro porque puedo, también sufro porque quiero.

Bueno, no sufro, me atormento un rato porque I have a blog that won´t write itself, you know?

Je veux penser en nous mais sais inconvénient. C´est pour ça que je pense en moi. Seulement en moi.

Amo la nieve. Diez días de nieve, más de eso creo que es de locos.

Había logrado dejar de fumar y lo agarré de nuevo.

El resultado electoral del domingo me entristeció profundamente. Mi burbuja de optimismo reventó de un golpe. Ante una señal así de contundente mantenerme en negación fue imposible.

Ya no sé si podemos salvar al país. Y si podemos, no va a ser solos. Que millones de personas se quedaran encerradas en sus casas paseando a los perros o lavando los carros como un domingo normal, me parece inaudito. Con tanto que se iba a perder. Con tanto que se perdió.

Todas las ciudades tienen sus olores. Denver olía muy parecido a New York. O de repente es que tengo tantos años sin visitar NY que se me olvidó como huele.

The Hunger Games en mi cabeza, duró dos libros. El tercero me pareció horrible.

When you save a life, you save your own.

Este año conseguí el balance. I was free but responsible, careless but aware, smartmouthed but respectful, happy but grateful.

Me gustaría recordar cuándo fue que me convertí en esta absurda suma de inseguridades.

Si lo consiguiera, could I change it? Would I if I could?

Lo que pasa es que no sé si todos esos nervios y dudas le aportaron algo a mi personalidad.

Creo que fue estudiar con Elia.

Se le fue la mano.

Y a mí también. Por dejarlos.

Las opiniones pesan. Las negativas también. Me cansé y dejé que me afectaran y ahora pago las consecuencias todos los días.

Los días que me fue bien en el panel fue gracias a la cantidad de horas de trabajo invertidas en elaborar los chistes.

Los días que me fue mal usé la misma cantidad de horas. Mira tú, lo que es la vida.

A veces negra
A veces co-lor-ro-sa
Así es la vida

Elefante by #NinaCantarina

Como en casi todo lo demás, when it comes to comedy, me sé la teoría pero la práctica me confunde.

El otro día casi me arrecho porque una niña me dijo que había leído EL James Can Suck It y no le gustó porque "EL James escribe mejor". No me arreché porque una persona que crea que EL James es buena escritora o que escribe mejor que yo (que no lo soy todavía) no tiene criterio and you just can´t blame them.

Tengo muchas páginas que leer y que escribir todavía para considerarme an actual writer. No voy a ser tan irresponsable y tan arrogante.

Por ahora, soy una blogger.

Con orgullo, además.

martes, 4 de diciembre de 2012

El ruido de las lochas al caer

La locha de la adultez cae como un balde de agua fría cuando menos la esperas. 

Durante el último año ignoré muchas de las señales. Ignoré el paulatino ascenso del número de cremas que me pongo. Ignoré el hecho de tener y cumplir responsabilidades fiscales. Ignoré las conversaciones de adultos con mi mamá y mi papá. Ignoré mi obsesión con el protector solar. Ignoré el hecho de que ahora cuido mi cuerpo como cuidé y sigo cuidando mi mente. Ignoré que muchos viernes preferí quedarme leyendo. Ignoré el hecho de que dejé de trasnocharme todas las veces que al día siguiente tenía que pararme temprano. 

A la adultez se llega poco a poco pero una se entera de coñazo. 

Hubo tres eventos claves en este chapuzón. El primero ocurrió hace un mes aproximadamente. Estaba a punto de salir a jugar al panel en Érika Tipo 11. Ya estaba vestida, con la cartera en una mano y el celular en la otra. Sí, en mi casa es el único sitio que ando con el celular en la mano sin que me dé miedo. Me desvíe. Se abrió la puerta del ascensor y me vi. "Hmmmm... yo no puedo salir así," pensé. Dejé la sala y atravesé la cocina. Saqué la motherfucking plancha y la prendí por primera vez en mi vida. Planché la chaqueta como si supiera lo que estaba haciendo. Me acordé de mi Tita y de mi mamá. Siempre planchan las mangas y el cuello primero. Las imité con torpeza. Seguí planchando y de repente tuve que parar. "MARICA PLANCHASTE. Bueno, no... Marica, ¡estás planchando!" me grité. ¿Cuándo en la vida este trainwreck de la imagen hubiera planchado una media, ah? Fue un scary eye opener. Fue tan scary como sabroso. 

El segundo evento ocurrió hoy en la mañana. Me paré a las ocho de la mañana sin despertador. 

El tercer hint pasó hace un par de horas. Llegué muerta de hambre a mi casa después de haber estado en la calle todo el día. No esperé que mi mamá llegara a la casa. No llamé a Javier para ver donde estaban. Ni levanté el teléfono para llamar a los chinos o al sushi. I got busy cooking my own food. Cociné with actual fire y no quemé nada. Ni la casa, ni la comida ni a mí. Cociné más que Zucaritas. Hice salmón y ensalada. No tuve que preguntar cuándo había que voltear la rueda de salmón. No me soporto. 

Me gusta ser una tipa grande. Me gusta ser una mujer. Me gusta ser esta mujer. Con tal de que se me dé permiso para inmadurear cada vez que no tenga que pararme temprano, vamos bien.