domingo, 14 de octubre de 2018

Una década después, tuve que volver a bloggear sobre el mismo tipo

Hace diez años yo pensé que me iba a morir.

No exagero, pensé que ese dolor me iba a matar. Como no me mataba, yo hacía cosas para ver si me moría. Fue un espiral de locura y autodestrucción. Todas las noches por once meses salía a volverme mierda y cuando me montaba en el carro le pedía a Dios, qué pena esto que voy a escribir, le rogaba a Dios por tener un accidente manejando borracha y que me matara porque no tenía las bolas para estamparme solita contra un poste. No estoy orgullosa de nada de lo que acabo de escribir, pero no sabía de qué otra manera lidiar con mi dolor.

Fue la etapa más horrible de mi vida, pero más nunca volví a ser eso. Más nunca me hice tanto daño como me hice daño en 2008. Más nunca me odié como ese año, y por muy en el foso que estuviera después, siempre en el fondo foooondo, sabía que si eso no me había matado, nada me mataría. Si no me morí de ese desamor, no me voy a morir de nada. That much I've known for a decade. De bolas que he recibido coñazos, pero unos coñazos no son ese K.O. Bueno, ese K.O. tampoco fue tal cosa, porque... I'm still here.

Gracias Dios por no escucharme, por cierto.

Ninguna de las veces que te rompen el corazón duele tanto como la primera, pero eso quizás lo sabían por haber escuchado The First Cut Is the Deepest, asumo.

En Deathly Hallows, Aberforth Dumbledore le explica a Harry, Ron y Hermione lo que Ariana Dumbledore era. Yo honestamente creo que Ariana era un Obscurus, pero ese no es el point del post.

 “It destroyed her, what they did: She was never right again. She wouldn’t use magic, but she couldn’t get rid of it; it turned inward and drove her mad, it exploded out of her when she couldn’t control it, and at times she was strange and dangerous. But mostly she was sweet and scared and harmless.” 

Así fui yo durante 2008. No sabía donde poner todo ese amor. It turned inward and drove me mad. I'm so ashamed of myself, sólo puedo decir que era muy chama y que ya no soy así. Lo juro. 

Cuando Hannah Gadsby dijo en su especial "there is nothing stronger than a broken woman who rebuilt herself," ¿a que no adivinan quién pensó en ese año horrible? Estelita del Llano. Así me he sentido todos los días desde que ese dolor pasó. 

La cosa es que el fin de semana pasado tuve que revivirlo. Una década después, llegó el... closure? (no sé si llamarlo así todavía) que siempre quise. Nos vimos el sábado, por aquello que le llaman arrebatos del destino. El día menos esperado en el lugar menos esperado. Ahora los dos usamos Converse, la diferencia es que a mí me pegan y se convirtieron en parte de mi identidad. Ironically enough, él tenía Converse y yo no ese día. Fue al local donde yo estaba y no habían pasado quince minutos cuando tocamos el tema. 

Yo le dije todo lo que tenía que decirle, creo. Ah, claro, debo explicar que estaba súper drunk y que la noche la tuve que ir reconstruyendo poquito a poco al día siguiente. Tengo algunos baches, pero creo que me acuerdo de lo importante. Estaba muy cagada, pero fui muy valiente, creo yo. 

No me acuerdo en qué orden, pero lo dije todo, de pana. Una de las cosas que hice fue pedir perdón, por haber escrito cosas tan feas. Para mí eran lo más parecido a la verdad, porque estaba muy herida. Le dije que él había sido el mejor primer novio del mundo, pero el peor ex novio del universo. Que unos meses después de terminar leí que "al primer amor se le quiere más, pero a los demás se les quiere mejor" de Antoine de Saint-Exupéry y que eso intenté hacer con todos los que he querido después. No he querido a tantos y no he vuelto a amar tanto a ninguno tampoco. Que eso es, justamente, una de las pocas cosas que me aterra: que nunca nadie me vaya a amar así y que yo no vuelva a amar a nadie como lo amé a él. Le dije que yo he debido amarlo más, también. Era muy chama y muy arrechita y muy feminista a juro. Sólo di todo lo que pude la última vez que fuimos novios, antes de eso era muy pichirre emocionalmente. Y en público, hacía como si no fuera la cursi que soy. Cuando dicen que uno se arrepiente de las cosas que dejó de hacer, tienen razón. Han pasado más de diez años de la primera vez que fuimos novios y quiero cachetear a Nina de 17, por pendeja. Tuve que revivir todo lo malo, pero también todo lo bueno. Como vivimos en Macondo, por supuesto que me lo conseguí varias veces. Una de ellas vestida de novia porque estaba en un local tomándome unas fotos para una campaña de Nestea y él fue a rumbear con su novia. Había pasado ya el año infame, pero igual me removió cosas. Un día lo vi en un velorio, otro día en un matrimonio y fui muy feliz porque yo estaba súper buena y su ex esposa siempre ha sido horrenda y es probablemente la única jeva en Venezuela que se viste peor que yo. Excuse me, exponencialmente peor. Le recordé que cuando yo le decía lo que le decía de ella, es porque yo la conocía y él la había conocido también, aunque no acordara o aunque no quisiera creerme, aunque su desesperación por salir de mí y por hacerme daño pudieran más que todo lo demás. Otro día lo vi, yo estaba paseando a D'Artagnan y nunca había estado tan gorda en la vida. Odié todo, menté madre y me arreché demasiado. You win some, you lose some, I guess. 

No voy a decir lo que él me dijo, porque ya no soy así. La privacidad de la gente se respeta. 

Lo que sí voy a decir, es que la conversación fue linda, emotiva, sincera y necesaria. Sí, necesaria porque yo estuve enamorada de ese carajo desde los trece años hasta... quién sabe si sigo enamorada ahorita, porque no he logrado dejar de pensar en la vaina. (Bitchslaps herself, porque no es amor, es el rush de haber hablado). Ya, ya pasó. No estoy enamorada de él. Sólo Dios sabe cuánto estuve, pero ya no. I'm a grown-ass woman now. No soy la adolescente que lo vio en una fiesta y no descansó hasta que él supiera que existía, no soy la carajita que creía que iba a casarse con él, no soy la mujer que creía que iba a amarlo hasta el día de mi muerte. Tampoco era una mujer cuando pensé que iba a amarlo hasta la muerte, pero you get the point. 

La vaina es que es un tipo que me importó por dos décadas, pues. Una década entregada, otra década pensando que había pasado la página. Es mentira, I never thought of him, sólo cuando me lo conseguía, pero es que nunca habíamos hablado. 

Voy a decir que no soy feliz pero estoy tranquila en ese sentido psico-emocional-romántico-amoroso. Me trajo mucha paz, hablar eso. Me trajo mucha paz decirle que me había hecho mucho daño con sus palabras, sus acciones, su crueldad, su indiferencia. Fue un alivio que no sabía que necesitaba, eso de escucharlo decir todas las cosas que yo ya sabía pero tenía que escuchar de su boca. Who would have guessed it mattered, after all this time. Fue una conversación fundamentada en el amor enorme que sentí y en el respeto. En el nombre de la sanación, creo yo. Terminó todo muy bien, a pesar de que ahora no sé si me abrieron la cicatriz de nuevo o si nunca se cerró. Tengo una semana pensando en la vaina, evidentemente, porque una es así, intensa. 

Al día siguiente, echando el cuento, temblaba como en 2008. Hay veces que lloras y tiemblas del dolor. ¿Ah, solo me pasa a mí? Bueno, OK. A veces lloro y tiemblo de dolor. Así temblé y lloré comiendo pizza y echando el cuento en la Flor de Altamira. Ni me bañé porque tenía hambre y porque el cuento no podía esperar. 


Lo peor es que si esa relación no hubiera terminado así y ahí, yo no sería la actriz que soy. Y al final, eso es lo único que a mí me importa de verdad en la vida. La única vaina que a mí me ha hecho llorar más que él, es el hecho de ser actriz. Si no hubiéramos terminado, yo no tendría la carrera que tengo. Ni Normal ni Comedy Central ni Alicante ni videos con Nuno ni decenas de montajes de teatro profesionales, con posters por toda Caracas de mi cara y mi deseo secreto de que estuviera viendo que yo estaba logrando todo lo que siempre le dije que iba a lograr. Sería su esposa y la mamá de sus hijos. Quizás ni tendría blog. O tendría un blog para mamás con posts tipo "21 maneras para hacer que tus carajitos se duerman temprano". I'd probably be a happy wife, pero una artista frustrada, una jeva que actúa por hobbie, que entrena a las 11:00 a.m. para que el marido no la deje y para llenar las horas que pasa mientras tiene que ir a buscar a los carajitos en la guardería. Eso no tiene nada de malo, pero no es lo que estoy buscando ahorita. La que quiera ser mamá y criar bebés, que sea mamá y críe bebés, una es feminista de verdad. Y las feministas no juzgan las decisiones de otras mujeres. ¿Me hubiera podido ir a Chicago, a Bogotá, a Sevilla, a Valencia, a México, a Puerto Ordaz, a Calabozo, a Madrid? No, no me hubiera podido ir a todos los sitios donde he hecho show, donde he grabado o filmado o visto mi cara gigante en un cine. Algunos tienen más caché y glamour, pero todos han sido importantes y valiosos para mí. Si yo no hubiera tocado fondo, no sé qué usaría para llorar desconsolada cuando tengo que llorar y la verdad de mis circunstancias imaginarias no me lo da. Eso también se lo dije. Que cada vez que no me pasa nada en equis escena pero tengo que volverme mierda, pienso es en ese dolor, el dolor de que él me dijera que no me amaba, o en la muerte de Dobby, o me imagino que se muere D'Artagnan. Masturbación emocional, le decía una profesora de actuación que tuve. Dolorosa, pero eficiente. Would I have this career that I imagined and executed ON MY OWN if I were his wife? No, no sería esta. Y esta, no la cambio por nada en el mundo, ni siquiera por él. 

Cuando la gente dice que "todo pasa" y tú estás en la mierda, no le crees a nadie. Cuando la gente dice que "todo pasa por algo," tampoco. Bueno, no me crean. Hate me, I know you want to. Yo sé que no pueden evitarlo. Hate me if you must, for real. Pero, en serio, todo pasa. Todos los dolores terminan. Todos los ciclos se cierran. Así sea una década después.