- "Niñas ya está todo listo para lo de hoy, nos vemos a las 4". Coño de la madre. Se me había olvidado (llamando a cancelar todo lo demás). Empezó como una merienda con unos vinitos. Terminó en: "dónde coño estoy y quién es esta gente".
1,2,3,4... botellas. O por lo menos así parece por el ratón. Esta vez no me dio por llamar a ninguno de los de siempre. Ni me dio por llorar como la última vez.Me dio por una pea pavosa. Por hacer cosas pavosas y hablar de cosas pavosas. Por ejemplo hablé del día que me case. Hablé de mi very awkard adolescencia. Hablé de mi más penoso crush hasta el día de hoy. Hablé de mi muy poco romántico primer beso. Hablé de las ganas que tengo de hacer muchas cosas que no he hecho nunca. Hablé de las cosas que hice y que hubiera preferido no hacer. Hablé de mi incapacidad para comprometerme con un hombre. Hablé de mi incapacidad para reconocer cuáles son los que me convienen y descartarlos de una. Hablé de mi bastante buena habilidad para lograr que de los pocos que me gustan, el 100% (creo que funciono así subconscientemente y ya) nunca me pare. Y se puso buena la vaina cuando me di cuenta de que estaba hablándole a una perfecta desconocida de mi vida. Y la pobre jeva sencillamente estaba demasiado rascada como para mandarme a callar. O no se daba cuenta de que le estaba hablando una de dos. Vamos a los hechos: en algún momento entre gritar, sí, gritar la discografía de Frank Sinatra y tratar de enseñar a un poco de borrachos a bailarlo tuve una de mis más geniales ideas de borracha hasta el momento. Honestamente me da hasta pena confesarla. Se las debo. Otro día se las diré, en persona,y con mis caras y mis brincos para que se mueran de la risa.
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