Historias por Contar

Cuéntame las pecas de la espalda, que desafían a la naturaleza porque soy morena y no pelirroja. Cuéntame Alicia en el país de las maravillas y Harry Potter antes de dormir.

Cuéntame los tragos de vino y nunca me dejes tomar más de cuatro porque me pongo roja. Cuéntame cómo no sabías si Tracy Chapman era hombre o mujer. Cuéntame que me extrañaste esta tarde en el trabajo cuando viste un Post-It morado. Cuéntame cuántas veces te has perdido por estar genéticamente predispuesto a no preguntar direcciones.

Cuéntame que tomas más café del que deberías, pero que no le pones azúcar para disfrutar el sabor y el efecto psicológico de tomar café solo. Cuéntame que tienes unos medio-hermanos a los que no conoces bien sólo porque les tienes celos.

Cuéntame el cuento que quieras, que yo me lo voy a creer. Cuéntame que pierdes todos tus bolígrafos. Cuéntame que muchas han caído porque inventas que sabes algo de las estrellas que están sobre nuestras cabezas la noche de hoy. Cuéntame que cuando los mesoneros me sonríen algo te inquieta pero no entiendes bien qué son los celos. Cuéntame que has leído libros en secreto sólo porque me has escuchado hablando de ellos.

Cuéntame que te gusta como suenan las guitarras más que cualquier otra cosa en el mundo. Cuéntame que extrañas a tus amigos que se han ido a vivir para afuera. Que los has extrañado tanto que has llegado a llorar solo en tu cama. Cuéntame que en ese momento querías llamarme pero te dio vergüenza.

Cuéntame que te intimidan los sostenes porque nunca has sabido ser hábil al desabrocharlos. Cuéntame que te parezco cuchi, aunque odies esa palabra. Cuéntame que un día te preguntaron por la cicatriz de tu apendicitis y cuando trataste de inventar una historia de una puñalada en un bar, te moriste de la risa y no pudiste terminar.

Cuéntame que te da flojera poner los acentos y escribir corrido, pero que siempre lo haces para no ser uno más de los que asesina el lenguaje. Cuéntame que sabes que por eso me gustas más de lo normal. Cuéntame que cuando te sacaron las cordales le echaste los perros a la enfermera y le ofreciste golpes al dentista. Cuéntame todos los besos que no pudiste darme, porque no era el momento. Cuéntame que aprendiste la lección y ahora no quieres perder ni un segundo.

Cuéntame todas las promesas que has roto. Cuéntame que cuando eras chiquito querías ser millonario y tu mayor preocupación era aprender a volar. Cuéntame que me quieres a pesar de mí. Cuéntamelo todo, pero sin detalles. Los detalles dámelos cuando esté preparada. Cuéntame que tu primer amor fue tu maestra de pre-kinder. Cuéntame que no has podido sacarte Poker Face de la cabeza en todo el día.

Cuéntame que nunca me has extrañado porque siempre has sabido que estoy aquí para quedarme. Cuéntame que pides permiso siempre, porque no sabes bajar la cabeza para pedir perdón. Cuéntame que tienes todas las dudas del mundo. Cuéntamelo todo, que yo lo quiero escuchar.

La idea original de este post viene directo de Miss Alice. Yo lo adapté. Pero es de ella. OK?