Lo que la gente no te dice de Ítaca es que es cansón. No te dicen que en la mayor parte del camino hay piedras del tamaño de una casa, monstruos en cada esquina, dragones cada dos cuadras, pura agua salada, libros terribles y que tienes que esquivar las manzanas envenenadas que caen de los árboles. No te dicen que Ítaca duele. Te lo imaginas, sí. Pero no te dicen cómo el camino puede carcomerte, desangrarte, amargarte and basically eat you up alive si lo dejas.
En el Ítaca que ha sido mi carrera–carrera que amo como una masoquista por lo anterior, por casi desangrarme hasta el final, qué ironía–hoy se acabó la subida más empinada que me ha tocado hasta ahora. Como un gordito que sube por primera vez Sabas Nieves. Es un orgullo infinito. Terminé una subida que empecé a escalar cuando tenía doce años, en un estudio pequeñito en Nueva York, con quince compañeros mayores de edad y una maestra a quien le debo el impulso inicial y una parte importantísima de la confianza en mí que tantos años tuve.
Es una estupidez lo que logré hoy, yo lo sé en el fondo. Pero se siente como el logro más grande de mi vida. De mi vida entera, sí. Cuando Ursula se pone la corona y el tridente de Tritón, Ursula se convierte en una figura gigante. Tan grande, que parece invencible. Hoy, gané una batalla contra una institución mucho más grande que Ursula.
No he dejado nada al azar. Me cansé, es verdad. Cuanto me cansé, de pelear y de llorar, de librar la batalla terrible contra mi miedo. Mi miedo absurdo alimentado en su mayoría por mí, ¡por mí! Solita. Me avergüenza haber estado tan cerca de tirar la toalla. Me da pena conmigo. Me da pena con la mujer que dudé que era haberme desmayado tantas veces. Me da pena haber seguido tratando por inercia y por costumbre. If I wasn´t a struggling selfdoubting insecure artist, ¿qué era? A veces seguí porque no conocía otra cosa, otra manera, otro estilo de vida.
Sembré. Y hoy estoy cosechando. No puedo dejar de llorar porque tenía demasiado tiempo sin sentirme tan orgullosa de mí. Y eso jode a un ser humano. No sentir orgullo ni amor propio hace un daño terrible. Hoy estoy orgullosa de mí. De no haber dicho "hasta aquí," de no haberme rendido. Hoy estoy orgullosa de mí por haberme partido el culo para obtener esta pequeña recompensa, que se siente gigante. Cuando no tienes nada, algo significa todo. Algo chiquito significa el mundo entero.
Conseguí un minipapel en una novela que se llama Bandidas. Es un minipapel. No he hecho mucho, no sé cuánto más voy a hacer. Pero se acabaron las excusas de quienes no querían castearme y se acabaron partes de mi miedo. As of today, I am a working actress. El día de hoy significa que puede ser que haya días mejores. Significa que esa posibilidad será una certeza. Significa que la certeza será cada vez más contundente y más grande. Significa que ahí voy. Al Oscar, lenta pero segura. Mientras tanto, Ítaca. Hacer novelas, hacer cine. Hoy figurante, hoy secundario, hoy antagonista, hoy protagonista, hoy escritora, hoy guionista, hoy Golden Globe, hoy Oscar, hoy desayuno con Meryl, hoy al lado en maquillaje de Morgan Freeman. Ítaca ha sido un día a la vez. Siempre un "hoy" a la vez.
En Itaca, sangras pero te ríes. En Ítaca hasta pueden aplaudirte. En Ítaca tropiezas, de cajón que tropiezas. Pero muchas veces vas a caer en grama suave. Conseguí que muchas cosas amortiguaran mis caídas y por eso estoy eternamente agradecida. La Virgen María lo caminó conmigo, aún cuando no lo merecía y especialmente cuando la necesité. Hard work pays off y me consta que ni las dudas ni el miedo ni los demás ni las instituciones ni los directores de casting ni los estudiantes de cine ni los que te joden ni los que te hieren ni los que se burlan ni los que envidian ni los que obstaculizan ni los que interrumpen ni los que dicen que no pueden contra eso. Trabajo duro mata todo. De nuevo, trabajo duro mata todo. En Ítaca se suda tanto que no queda otro remedio que adelgazar.
Y hoy, Ítaca nunca ha sido tan bonita. Nunca la he querido caminar tanto. Eso sí, voy lento porque quiero disfrutar el paisaje.