martes, 6 de mayo de 2014

Los artistas

Ellos duermen de noche y nosotros los artistas las usamos para trabajar, leer y llorar. Ellos quieren ser millonarios y nosotros queremos ser felices. No sabemos si vamos a poder, pero tratamos con cada célula de lograrlo. Cada uno de nuestros trabajos es un intento desesperado de serlo, en serio. 

Los artistas tenemos conciencia y dignidad. Los artistas de verdad, no los famosos. Los famosos son una cosa y los artistas somos otra. Los famosos viven bien, nosotros vivimos mejor. ¿Sí se entiende? Los artistas sabemos que las estrellas son cuerpos celestiales que inspiran y que si las ves lo suficiente te pueden hasta alumbrar. A las estrellas se les pide deseos. Los artistas sabemos todo sobre las niñas que van a cortar estrellas, sin permiso del papá. Los famosos creen que ser estrella es posible. 

Los artistas buscamos la manera más real de decir las palabras y los famosos buscan alargarlas lo más posible. Los artistas buscamos cómo se ve el personaje, no preguntamos si nosotros nos vemos bien. Los artistas usamos el maquillaje para darle luz a las cosas que queramos resaltar de nuestras nuevas identidades. Los famosos usan el maquillaje para tapar lo que son. 

Los artistas somos nobles y leales. Estamos acostumbrados al rechazo y a que nos digan que no. Somos tercos y confiamos en que a punta de terquedad llegaremos a hacer lo que queremos. Los artistas amamos lo que hacemos. No hay otra manera. Crear es nuestra obsesión, si no, ¿por qué le dedicaríamos toda nuestra sangre? Crear no es fácil. Nadie lo haría si no lo amara profundamente. No tendría sentido esta sufridera, ni este látigo si no fuera así. 

Nos interesa la condición humana. Sufrimos mucho más de lo que deberíamos y mucho más de lo que nos gusta admitir. No sé si somos masoquistas todos o si soy masoquista yo. Los artistas lloramos y somos hipersensibles. No sé si nos gusta cambiar, pero estamos obligados a hacerlo. Los artistas hacemos más de lo que decimos. A algunos eso nos cuesta un poco más, pero tratamos, de verdad tratamos. 

No nos creemos más de lo que somos. Sabemos repartir el foco y administrarlo. Sabemos pedirlo, la mayoría de las veces. Sabemos que las luchas se dan hasta que venzas o mueras. Queremos ser mejores, pero no hacemos las cosas para ser Los Mejores. Las hacemos y confiamos en el proceso. Somos honestos y francos. Casi nunca huimos de la confrontación. Somos valientes casi siempre y no nos importa ser locos. Creemos que los locos son ustedes, de hecho. Nos gusta observar gente, perros, aceras, narices, colores y luz. Nos refugiamos en nuestros pensamientos y nuestros ombligos cuando no podemos lidiar con lo que pasa afuera porque nos duele tanto. 

Nos sentimos derrotados y frágiles y muertos. Y al día siguiente empezamos de nuevo porque no tenemos más remedio. El poder de la esperanza es nuestra mejor apuesta. Le rezamos a los dioses que nos dan la gana. Creemos en el arte, en nuestros maestros y a veces hasta creemos en nosotros. En la esperanza de cambiar al mundo con lo que escribimos, actuamos, pintamos o retratamos. Creamos porque no sabemos cómo hacer para parar. 

A nadie le duele como nos duele a nosotros. 

Y aquí seguimos, igual. A pesar de que nos digan que no y que nos subestimen. ¿Que si nos duele cuando le dan nuestro trabajo a gente que no está capacitada para hacerlo? Claro. Es como si le encargaran la construcción de un puente a un orfebre. No están capacitados para ese trabajo, punto. Nos duele porque nosotros sí nos hemos preparado, sí nos lo merecemos. 

Somos disciplinados. La gente no sabe cuántas horas de ensayo hay detrás de un trabajo digno. Somos puntuales y responsables y siempre llegamos. Siempre. No llegamos tarde y cuando lo hacemos, nos disculpamos y de verdad, tenemos una razón válida. No importa lo que pase, llegamos. Si no llegamos es porque estamos muertoso  desnudos y sin riñones en una bañera de un motel. Somos curiosos y metiches. 

Somos malos en nuestras relaciones, porque lo que nos hace buenos artistas nos hace malos amantes. Bueno, la verdad es que esto lo uso sólo en mi caso. La pasión es muy chévere al principio, pero después ves como consume y quema todo lo que hay a tu alrededor. Los artistas tenemos problemas para callar. Somos fieles a nuestros impulsos, pero sobretodo a nuestras conciencias. 

Nos gustan los arcos. Los comienzos, los desarrollos, los finales... Creo que somos un poco OCD con los finales.  

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy fascinada con tu blog, de verdad me puedo meter a revisar todo los días a ver cuando hay un nuevo post. Cada cosa que escribes es especial y muy buena. Te escribo para que sepas que tienes una fiel que te lee de 17 años. Sigue así! Que si publicas un libro lo compro y le hago propaganda.