miércoles, 21 de enero de 2015

La verdad

La verdad es que han sido más tipos buenos que malos. Hombres buenos, sí, buenos para mí, no tanto. 

Yo me vivo quejando de que son todos unos huevones, pero no es la verdad. Son muchos huevones, pero no todos. La verdad, al final, es que han sido más hombres Meh! que hombres malos. No es que me hayan hecho daño, no es que me hayan tratado de joder o que hayan llegado a joderme. Es que no pasó nada. No pasó nada within me. No hubo fuegos artificiales, ni romance, ni emoción, ni carcajadas, ni brillo, ni destellos, ni violines, ni cañonazos... Muchas veces, no hubo ni lágrimas. 

Sí, yo sé que el amor no tiene que doler. También sé que el amor tiene que importar y la verdad es que para estar con un tipo que no me importa, coño, prefiero estar haciendo ejercicio o leyendo.

Me pregunto si es que me volví ladilla, hiperexigente, amargada y cínica. Creo que he sido todas esas cosas desde siempre. Una vez más, lo que aplica en mi vida profesional aplica aquí también: no quiero conformarme. ¿Por qué tengo que ir al cine con un tipo que cuando me agarra la mano, la mano no me suda? ¿Por qué no sonrío como una idiota cuando me escribe, ah? ¿Por qué no puede ser más, porque no puede ser mejor? ¿Por qué no puede emocionarme para desvivirme por ser mejor para él?

Tengo demasiados años sin sentir eso.

Igual, no es su culpa. Todos esos hombres van a hacer a otras mujeres sentir todas esas cosas. No serán maripositas sino pterodáctilos, no serán fuegos artificales sino bombas atómicas. Hay hombres buenos en Venezuela, genuinamente buenos. Considerados, respetuosos, caballerosos, cómicos, cultos, responsables, románticos, interesantes e interesados. Claro, no hay uno que tenga todo eso al mismo tiempo que es como yo lo quiero. Hay hombres que son buenos ciudadanos y buenos novios, digo yo. Tengo amigas que tienen a su lado hombres maravillosos que eran mean to be para ellas. Tengo otras amigas que están con carajos cualquier vaina porque fue el primero que llegó y les dio miedo dejarlo ir. Ya no me pongo a hablar paja de las que viven así, porque cargo con tantos miedos que no me atrevo a criticar los de los demás. 

Me eché full la culpa por no poder enamorarme de estos señores, pero ¿cómo me iba a enamorar si ni siquiera trataban de conquistarme? Para casi todos, yo también era como una manerita de ocupar el tiempo. Fui la foto que se le podía mostrar a las amigas Susanitas cuando preguntaban si estaban saliendo con alguien.  No conocí a ninguna de las Susanitas, porque uno siempre sabe. Uno siempre sabe cuando las cosas no van a pasar a mayores. 

Desde el principio la intuición es transparente, aunque uno no lo sea. 

Amo como cantan, pero no soy una princesa de Disney. No necesito que nadie me rescate ni me acompañe. De hecho, creo que mi decisión de ir a manguarear sola a todas partes–TODAS partes, incluye cine, teatro, bautizos, matrimonios, juegos de fútbol, cenas, cumpleaños y parrilladas–debería estar constitucionalmente garantizado. 

Ellos no son tan malos como parecen y yo no soy tan buena como me describo, tampoco. O sea, es paja que cuando un hombre sale con que "está ocupado" yo me quedo tejiendo escarpines para nuestra futura prole. Es paja que si ellos salen con alguien más, yo me quedo dignamente en mi casa esperando que regrese arrepentido. De hecho, busco con quien salir y si puedo me doy los besos porque no vengas tú a ser tan descarado. Claro, no sirve de nada que hasta las alternativas sean Hombres Meh! 

Es por eso que este año, va a cambiar todo. Ya no voy a salir con tipos por salir, no voy a salir por sudar la camiseta. El año pasado fue, por largo, mi peor año en toda mi vida incluyendo en el lado sentimental. Sólo cuatro tipos en un año se me medio acercaron. Epa, aplausos para ellos porque hay que ver que querer cogerse a alguien que se puso de ese tamaño es como ¡COÑO! No todos lo lograron porque, bueno, desidia y cero autoestima. Además, lo primero que se va cuando uno está deprimido, o bueno, cuando yo estoy deprimida es el sex drive. It's just how it works. Si te odias cuando te ves al espejo está muy jodido sentirte bonita y sexy. No he debido salir ni involucrarme con ninguno porque yo estaba bien, ahora lo sé. Lo que pasa es que cuando estás en la mierda hasta un pitillo que flota puede ser una salvación, la reencarnación de nuestro señor Jesucristo. Te aferras a todo. Te aferras a cualquiera. No puse mi salvación en las manos de ninguno, porque casi todos fueron Hombres Meh! pero coño, si te quieres suicidar es lindo que suene el teléfono. Te suicidas, pero después de atender esa llamada.

De nuevo, este año voy a cambiar todo. No voy a seguir saliendo por no suicidarme o porque en la calle no hay torta ni un pote enorme de Haagen Daz esperándome en el freezer. Voy a salir con carajos que me parezcan genuinamente interesantes y con quien me pueda ver. Los Hombres Meh! que vayan a salir con mujeres que los consideren increíbles y arrechísimos, yo no puedo seguir riéndome de chistes de mierda, ni interesándome en hobbies tan poco appealing para mí. No puedo imaginarme que algún día ese beso me va a emocionar. Yo sé que el amor puede nacer de cualquier parte, pero la química y la chispa inicial no son fingibles. Los orgamos, sí, pero he tenido tan mala suerte con eso que mira, I can live without them por un rato. 

I am looking for myself. For the Me I lost. I am also hoping for an actual, real, meaningul, life changing connection. No me importa esperar, con tal de no tener que seguir fingiendo interés por alguien que es más salvavidas que date

1 comentario:

Negro y Sin Azúcar dijo...

Si la mayoría de las mujeres pensaran como tu, mas hombres dejaríamos de ser Meh!, y seriamos esos samurais, lores británicos, comediantes psíquicos y aventureros porno star que desean que seamos. Hablando desde el otro lado de la acera, lo cierto es que existirían también menos aspirantes a princesas Disney, y/o a muñecas de la mafia, si los hombres como genero empezáramos a fijarnos en otras cosas ademas de la talla del sostén y la velocidad con que están dispuestas a "darlo". Ambos sexos determinamos al contrario. Ahora la pregunta es ¿quien coño nos configura como seres humanos?