A Woman´s Right to Shoes

Estos son mis zapatos favoritos. Se llaman los Zapatos del Amor, porque los amo con locura. Confieso que me los dejé de poner por meses porque me traían malos recuerdos. Pero nos reconciliamos hace tiempo. Estos zapatos no me los puedo poner todos los días porque, aunque son cómodos, son muy altos y porque en Caracas no hay aceras! Me los pongo cuando quiero agarrarme a alguien. Estos zapatos, son los reyes de los zapatos y todos los zapatos del mundo se inclinan ante ellos. Muchos hombres se inclinan también.


Estos son para cuando quiero bailar toda la noche sin que me duela la rodilla. Son los más cómodos que tengo y fueron los primeros zapatos que me autoregalé porque los necesitaba para sonreír. Muchos han caído por estos zapatos, pero ése no es su propósito ni nunca fue su intención.

Estos son los únicos que no son de Aldo. Pero es como si lo fueran. Son los únicos zapatos marrones que tengo, porque honestamente no me gusta ese color. Estos son para que mis abuelas no se horroricen y para pasar una noche bajo perfil: cuando no quiero que la gente ni se entere de que estoy ahí. Tener siempre los zapatos más lindos hace que todas las mujeres de la fiesta te hablen.

Si me los pongo de día, estos son para demostrar que puedo ser una persona seria y profesional con estilo. Me los pongo para entrevistas y reuniones, dos cosas que casi nunca tengo. Son muy lindos como para desperdiciarlos poniéndomelos de día. Si me los pongo de noche, me los pongo para salir con un tipo, en date oficial. Los cuadros dicen "mira, hasta me podrías presentar a tu mamá." El patente morado dice "después de darnos los besos en el ascensor como en las películas."

Estos son para cuando quiero ir a tomar a una casa, sin que nadie me joda. Cuando me encaramo zapatos tan altos no es tan fácil bailar. El color es perfecto porque pega con casi todo. A estos zapatos les importa un pito el qué dirán.

Estos son para cuando tengo ganas de que me vean. El objetivo es que piensen que me porto mal. Estos, irónicamente, son mis favoritos para ir de cacería: es decir, flirting pero nunca hacer nada al respecto. Estos zapatos nunca me han traído suerte en la búsqueda del bealbreaker de la noche, porque intimidan a quienes los ven. Por eso me gustan tanto.