domingo, 24 de octubre de 2010

Confesión número 52 o OPPD, Día 11

Me encanta el número once porque el nací el once de noviembre.

Tengo miles de zapatos en cola por comprar pero tengo poco real y los libros me van a durar más.

He aprendido a ser paciente en esta relación, nunca había tenido eso.

No quiero dejar de hacer todo lo que estaba en mis planes porque conseguí lo que tengo ahorita. Y eso, no va a pasar.

Hoy ha sido un día perfecto. El mejor domingo que he tenido en años.

Soy muy cobarde para las cosas que verdaderamente importan.

Lo que soy no es culpa de mi mamá. Ella me enseñó todo lo que tenía que enseñarme y yo tomé las decisiones buenas y las malas solita.

El otro día escuché a Mauricio por fin soltar todas sus presiones y finalmente pude medio entender lo difícil que es para él que sus amiguitos están jodiendo y rumbeando y él tiene que jugar fútbol.

I am too young to be a stepmother. He dicho.

Tengo por lo menos un año sin ir a un concierto porque tengo otras prioridades económicas.

Lo que debería manejar como un adulto, lo manejo como una niñita. Y viceversa.

No puedo evitar pensar que quizás pude ser un mejor role model para mis hermanos y vivo con esa culpa todos los días de mi vida.

Cuando escucho Laura Pausini siempre me acuerdo de Flo.

Nunca nadie te ha querido como yo te quiero, aunque todo el mundo se burle de que soy una madrastra.

Hoy fui a comprar una película en La Guairita . Al lado del kiosko había uno de venta de perritosy vi a un Golden chiquitico que me partió el corazón porque tenía una cara de tristeza y desolación que nunca había visto. Ever.

Mi mejor virtud es la capacidad de burlarme de mí y de todas las cosas que me pasan.

Mi peor defecto es que cuando me pasa algo malo lo ignoro y lo evado hasta que se acumula y no puedo más.

Eso hace que explote en los lugares más nulos e incoherentes de Venezuela y termine haciendo un papelón.

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