jueves, 20 de septiembre de 2012

El final inesperado sin derecho a plot-twist

Hace dos meses y diez días tomé la decisión de no hablar de esta relación en el blog. Dos meses y diez días después, vengo obligada a hacerlo. Pensé que no escribir de ella, la protegería. Que vivirla era más importante que documentarla. Que estar en ella era mejor que hablar de ella. Todo eso es lindo hasta que te terminan porque tuiteaste. 

Esta vez puedo decir cosas a mi favor. Que le pedí que no habláramos eso por teléfono, por ejemplo. Que insistí burda en eso porque nada bueno traería y ta-fucking-dah. Que fui paciente porque él no era emocionalmente maduro. Que una vez que *de nuevo* me caché dándole todo lo que quería cuando él no me daba ni siquiera lo que yo necesitaba, se lo pedí. Sí. Que pedí lo que necesitaba porque la gente no es adivina. No me lo dieron porque no dio tiempo, no porque él fuera egoísta. Que I stood up for myself y que no me dejé montar la pata. Me pasó una vez, no me pasa dos. Que nadie va a decidir qué hago en mi tiempo. Que espero que con su orgullo pueda empiernarse, ah no wait, a él no le gusta. Que tú no puedes exigirle nada a la persona con quien estás. Que la madurez emocional de un novio es una cosa que quiero y necesito. Que no se puede forzar a la gente. Que hay que repetirse que todo va a estar bien, hasta que finalmente lo esté.  

Maybe I should stop caring I ya. ¿Is this a trial run? Está Dios entrenándome para the Ultimate Guayabo Apocalypse Edition? Pensé que ya había tenido eso. Honestamente me da hasta flojerita. Debería haber una pepa que te hiciera condensarlo todo. Bueno, también con la edad y, que cagada, con la práctica lo medio condensas. En una semana terminas, te rascas, lo lloras, te emborrachas, lo llamas, la cagas, le escribes a uno que te paraba justo antes, lloras escuchando Adele, lloras hasta porque escuchaste Colibritany, lees, te atormentas, no duermes, envejeces, te jodes, lo borras, lo agregas, te quedas mirando el celular para que suene, no funciona, lanzas el teléfono a la pared, le escribes, te arrechas cuando responde, te arrechas cuando no responde,  te torturas imaginándote lo que estuvieran haciendo, te torturas imaginándote lo que está haciendo en este momento, te imaginas la cara que vas a poner cuando te lo consigas, no te importa, es paja, preparas el guión, repasas mil veces lo que te trajo hasta acá, hasta esta mierda, hasta el coño de tu madre, lees, odias a todo el mundo, evades las preguntas, partes a coñazos a la pajúa que te dice "qué hiciste?", mira maldita me terminó porque tuiteé, PERRA hija de puta ándate al coño de tu madre que todo el mundo te odia quién coño eres tú para juzgar mi relación y asumir que se acabó por mi culpa, bruta, te pones sensible, se te pasa, te conformas, te resignas, lloras, comes Nutella, lloras, ves Bridget Jones, ves Notting Hill, duermes diagonal, vuelves a tener la conversación en la que te mandaron pal coño con tu cabeza, con el espejo, con el pote de champú, con el perro, caminas, pijameas, odias los domingos... y así, hasta que se acabe. 

Lo malo es que duele. Lo bueno es que es paja que me voy a morir. Y sí, voy a decir lo que se supone que no debería decir porque las carreras de las mujeres no deberían ser tan importantes: duele menos que lo de Hot. Es peanuts al lado de lo de Hot. 5 años y mi carrera > dos meses y un novio.  Uh, Mufasa. 

Justo cuando empieza a ponerse buena la vaina, me terminan por tuitear cuando debería estar haciendo... fuck this. La última vez que le permití a alguien que controlara mi tiempo casi no sobrevivo para contarlo. No va a volver a pasarme y ya. Me acusó de querer voltear la tortilla cuando ni siquiera estaba arrecha, cuando he aprendido tanto que ni me enganché en su arrecheron porque yo había tuiteado. Esta vez no soy bruta, aplausos. Me cansé de repartir la culpa cada vez que algo se acaba, ok? No importa, el resultado es igual. Los pasos y el procedimiento no me interesan, se me olvidaron. El resultado es esto. Esto de tener los ojos hinchados y el corazón pasita. Esto de haber dicho que iba a dejar de fumar y mandarlo todo a la mierda en doce horas. Esto de no atreverme a poner música porque no sé qué pueda causar en mí abrir el iTunes. Sí, soy una pendeja. Esto de querer detestarlo por orgulloso pero saber que es un buen tipo que no se merece que lo deteste ni que lo odie ni nada. El diagnóstico es dolor por incompatibilidad de caracteres y porque la está cagando si cree que las relaciones funcionan así. COÑO DE LA MADRE. Me duelen los ojos. Cuando lloro porque soy ojerosa es una vaina. Primero se acumula todas las lágrimas en las cuencas y se quedan ahí un rato.  Cuando se llenan, se desbordan y caen todas en cascada. Just how it is. El resultado es mentarme la madre por confiar y entregarme como una loca a un pendejo que me terminó porque es un pendejo orgulloso de mierda que claramente nunca ha estado en una relación saludable en su vida. El resultado de arriesgarse siempre es salir con las tablas en la cabeza, coño. This is getting old, pana. Yo necesito que este año se acabe. 

Menos mal que nunca me aprendí su teléfono de memoria. Tengo que borrarlo ya para no llamarlo. 

Han pasado veinte minutos desde que dije que lo iba a borrar del celular y no me he atrevido. Bórralo, marica. Él no pensó cuando te terminó, verdad? Él no pensó cómo esto te afectaría, entonces no pienses tú tampoco. Sé considerada contigo porque él no lo fue antes y no va a serlo ahora. Eres una pajúa que le escribiste para ver si estaba seguro. Eres una #putabruta. Esas vainas no se pueden soltar así. Cuando uno termina, termina. Los adultos son responsables de las palabras que dicen y de los actos que ejecutan. Te terminó sin pensarlo. Borra el teléfono sin pensarlo porque él no pensó. No seas marica, Nina. BORRA LA MIERDA! ¿Y la esperanza? Ya no hay. Tú no quieres estar con un tipo que te termine porque no piensa. Tiene más de 30 años, no es ningún carajito. Es un tipo espectacular, pero NO. No. Nononononononononononononono. NO. Por tu bien. Si hizo esa vaina así es porque no le importa. Y si le importa pero lo hizo igual es un inmaduro, impulsivo e irracional y así no jugamos. 

-¡Borra el teléfonoooooooooooo! 
-No puedo. No quiero. 
-Vas a tener que querer, jeva. 
-Querer es un verbo de mierda en cualquier situación. Querer me ha hecho demasiado daño. 
-Yo sé. Vamos bien. 

Es increíble, nunca he visto venir el final. ¿Si hubiera sido diferente, dolería menos? ¿Si el final hubiera sido lento y paulatino, hubiera sido menos doloroso? Nunca lo sabré. Soy genial para los comienzos, pero mala para los finales. Lidio con ellos lo mejor que puedo, de verdad, pero no soy naturalmente buena para ellos.

No sé concluir los cuentos, no sé concluir los posts, no sé concluir la novela, no sé concluir relaciones.

PD: lo peor de esta mierda es no tener a quién llamar porque todas tus amigas están fuera del país, ok? OK.  

4 comentarios:

Andrea dijo...

Pasa pacá el teléfono, marica, yo lo borro.

Marcos Mendoza Saavedra dijo...

No voy a caer en lo mismo que dirían todos. Que si "me identifico, que a mi también me pasó, que ladilla con las cosas que no funcionan"... Lo único que voy a decir es que me casaría contigo, jajaja. No sé por qué. O capaz sí. Como sea. Buen post...

freduchox dijo...

Yo te borro ese telefono y te anoto el mio :)

Saludos jodedora

Julia dijo...

Ah.. Nina.. llórale, pataléale, respira y no le marques y llora y patalea otra vez y no le marques.. así hasta que salga el dolor. Y cuando menos lo pienses estarás bien y después de eso te montas en tus tacones y sales a buscar un tipo que valga la pena. Que al cabo la lección ya la aprendiste.
Besos.